El Gobierno ha elegido la última semana de enero como la de los grandes anuncios para calmar a los mercados financieros y si el lunes le tocó el turno a la reforma del sector financiero, ayer fue el día elegido para adelantar las buenas cifras de cierre presupuestario del 2010. El viernes será para las pensiones.

En una rueda de prensa convocada de forma precipitada, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, anunció que la Administración central (Estado y organismos autónomos) cerró el 2010 con un déficit en términos de contabilidad nacional de 53.444 millones. La cifra equivale al 5,1% del producto interior bruto (PIB), ocho décimas por debajo del objetivo previsto (del 5,9%) y es "casi la mitad" de los 99.785 millones del 2009 (el 9,4% del PIB).

El ahorro de unos 8.000 millones sobre el déficit previsto servirá de "colchón", según Salgado, para absorber la desviación en el pago de prestaciones por desempleo (de 0,3 puntos del PIB) y los posibles incumplimientos presupuestarios de comunidades autónomas. La Seguridad Social, por su parte, ya ha anticipado que cerró el 2010 con un superávit del 0,2%.

Con todo ello el ministerio está convencido de que se podrá cerrar el 2010 con un déficit del 9,2% del PIB para el conjunto de las administraciones, una décima inferior al 9,3% previsto.