La ausencia de precipitaciones continúa complicando la situación de sequía que atraviesa la región. Las reservas de los embalses ya han caído por debajo del 40% de su capacidad --en el caso del de Gabriel y Galán ni siquiera llega al 20%-- y las confederaciones hidrográficas del Tajo y el Guadiana temen una complicación generalizada si no llueve pronto. De momento, los problemas de abastecimiento urbano comienzan a reproducirse, los agricultores y ganaderos ven amenazadas sus explotaciones y otros sectores como el energético o el turístico ya padecen la menor disponibilidad de recursos hídricos.

Junta y confederaciones hidrográficas llevan todo el verano advirtiendo a los extremeños de la necesidad de ahorrar agua ante el déficit de lluvias que arrastra la región. En la provincia de Cáceres, la Confederación del Tajo mantiene activada la prealerta por sequía en el entorno de la capital cacereña y ha declarado la alerta en toda la zona ribereña de la cuenca, desde Valdecañas hasta la frontera portuguesa, con especial atención para las zonas del Arrago-Borbollón, el Alagón y el Salor. En el Guadiana, la situación más preocupante está en el entorno de Cornalvo y en el sureste de la provincia de Badajoz.

En este sentido, los numerosos embalses de la región constituyen un buen indicador de la situación por la que atraviesan muchos puntos del territorio extremeño. Según los últimos datos oficiales, durante la última semana y media el agua embalsada ha caído ya por debajo de los 5.700 hectómetros cúbicos. Es decir, las 35 grandes represas no llegan al 40% de su capacidad máxima --que es de 14.225 hectómetros cúbicos--, cuando hace un año estaban por la mitad y la capacidad media del último decenio es cercana al 60%.

Pese a la continua reducción de las reservas de agua y las medidas establecidas en sus planes de sequía, las confederaciones aún no han decretado restricciones en el abastecimiento, ni para consumo urbano ni para riego. Aunque la del Tajo sí que ha tenido que instalar una toma provisional y urgente para llevar agua a más de 3.300 vecinos de 9 municipios de la Sierra de Montánchez y Tamuja que han pasado parte del verano con cortes de agua de hasta 12 horas al día.

MAS OBRAS Y CORTES También la Consejería de Fomento ha realizado tres trasvases de urgencia para garantizar el suministro a 12.000 vecinos de una decena de poblaciones de las mancomunidades de Ayuela y las Tres Torres y está ejecutando otra en la pedanía hurdana de Vegas de Coria.

En estos momentos una de las situaciones más complicadas se vive en el municipio de Cuacos de Yuste. A pesar de que en julio la Confederación del Tajo instaló una canalización para recibir agua desde Aldeanueva de La Vera, el ayuntamiento se ha visto obligado a cortar el agua a los vecinos todas las noches, desde las 11 hasta las 7 de la mañana. Algunos días incluso se ha cerrado el grifo entre las 3 y las 7 de la tarde, y además está prohibido utilizar la red municipal para regar huertos y jardines o para otros usos no prioritarios. Y la situación, advierten, puede ir a peor.

En la comarca de La Vera la preocupación por la falta de agua ha provocado que la mancomunidad de municipios esté recopilando información sobre las necesidades de cada pueblo para exigir obras urgentes y una solución definitiva a los problemas que vienen arrastrando por la sequía en los últimos años. Desde la mancomunidad critican el incumplimiento, por parte de la confederación, de los diversos compromisos suscritos desde el 2006 para mejorar el abastecimiento en la comarca y rechazan construir una gran presa en Aldeanueva "por su alto impacto ambiental".

En localidades como Losar el consistorio ha solicitado una obra de urgencia para disponer en la red municipal de las aportaciones de varias fuentes del entorno del pueblo y en Madrigal, ayuntamiento y empresarios han aunado esfuerzos para mantener en condiciones para el baño las piscinas naturales de Alardos. "Hemos estado bombeando agua todo el mes y los regantes nos han abierto su toma algunas noches", explica el edil de la localidad, Urbano Plaza. "Con dinero de nuestro bolsillo, pero hemos salvado el verano. Casi todos los negocios del pueblo viven del turismo y los bañistas", agrega Fernando García, propietario del restaurante Cardenillo.

UN 50% MENOS DE LLUVIAS Todo esto es consecuencia del importante descenso de las precipitaciones. Según la Agencia Estatal de Meteorología, el año hidrológico que acaba de terminar --del 1 de septiembre al 31 de agosto del año siguiente-- ha resultado especialmente seco en la región. Las lluvias han sido entre un 25 y un 75% inferiores a los registros "normales" en la mayor parte de Extremadura.

Esta coyuntura también comienza a castigar al sector agrícola. Los 2.500 regantes de la margen derecha del Alagón reciben desde el martes la mitad de agua para las 15.600 hectáreas de maíz, pradera, tabaco, y pimiento que tienen sembradas. El motivo es el bajo nivel del embalse de Gabriel y Galán, que solo cuenta con 153 de sus 911 hectómetros cúbicos de capacidad máxima. La comunidad de regantes se ha visto obligada a tomar esta decisión para garantizar la disponibilidad de agua hasta el final de la campaña agrícola. Esta medida ya la tomaron en el Borbollón hace semanas: "Solo hemos podido suministrar el 70% de la dotación de cada asociado para llegar al menos hasta final de mes", apunta José Ignacio Almaraz, uno de los 1.300 agricultores que forma esta agrupación de regantes --con 9.200 hectáreas, fundamentalmente de maíz y pasto--. En algunos casos, incluso han dejado de regar parcelas que empezaban a echarse a perder.

En el entorno de Cáceres y Trujillo los ganaderos se están viendo obligados a comprar cisternas de agua y a recuperar viejos pozos ante la desecación de las charcas en sus explotaciones. "Es una situación generalizada y que está poniendo a mucha gente al filo de la navaja, porque es un coste más que se suma a los problemas de rentabilidad que ya tienen los ganaderos", asegura José Barrantes, miembro de Copreca, cooperativa ganadera de la comarca de Trujillo. Una cisterna de 10.000 litros de agua llega a costar más de 300 euros y apenas da para tres días en una explotación de 2.000 ovejas, por ejemplo.

Ramón Delpuy, director de Generación de Iberdrola en la Cuenca del Tajo, reconoce que en lo que va del 2009 la producción de las siete centrales hidroeléctricas de la compañía en la región se ha reducido un 4%: "La falta de precipitaciones ha sido la causa principal".