La sombra de la riada ocurrida en Badajoz en el 97 sobrevoló ayer sobre la urbanización de la Dehesilla de Calamón, cuyos vecinos no habían vuelto a ver cómo se desbordaba el Calamón desde aquella trágica noche. Afortunadamente, al cierre de esta edición, ayer no hubo que lamentar daños personales, pero el arroyo se desbordó a lo largo de toda la carretera de Valverde, llegando a anegar algunas viviendas, cuyos inquilinos fueron desalojados. La Guardia Civil tenía previsto aconsejar a una treintena de familias que no pasaran la noche en sus chalets, en previsión de nuevas crecidas.

La voz de alarma se dio pasadas las 16.30 horas. El agua llegó a saltar el pequeño puente de entrada por la Venta El Rocío, no así el de la entrada de Mandiplant, pero como ambas se inundaron, los vecinos de las parcelas no podían entrar ni salir de la urbanización, salvo con vehículos todoterrenos o con la ayuda de Protección Civil o la Policía Local. El problema, según contaba un afectado, Eduardo Agudo, es que el cauce no es suficiente para recoger todo el caudal que procede de los cerros próximos. El dueño de Mandiplant se quejaba amargamente porque después de la riada las Administraciones no hayan puesto solución a esta situación. Isabel Vaca y Lorenza García, madre e hija, salieron de su parcela con Protección Civil. El agua les cubría hasta las rodillas y entraba en la casa por la ventana; la piscina ni se veía. La Policía Local confirmó que a las 19.30 horas estaba restablecida la normalidad.