Sea porque ambos eran debutantes, sea por mantener el tono conciliador de este inicio de legislatura, o sea porque todo estaba escrito de antemano, el caso es que el debate tuvo poco de debate, puesto que los discursos de los protagonistas fueron paralelos y apenas llegaron a tocarse. A ello contribuyó quizá quien reguló el aire acondicionado del hemiciclo, que, frente al calor sofocante del exterior, creó de nuevo un clima más de cámara frigorífica que de cámara parlamentaria.

Comenzó la presidencia siendo benevolente, y concedió a Díez Solís el doble de tiempo del estipulado. Quizá así pensaba que el portavoz popular terminaría entrando en el campo marcado el jueves por Fernández Vara, pero no hubo manera.

Cambió de estrategia, al menos de la estrategia habitual en estos casos, el presidente de la Junta: como Díez Solís no entraba en su terreno, él decidió entrar en el del diputado del PP. Ni por esas. Apenas dos amagos de enfado y puya: uno cuando Díez Solís dijo que él no había hecho "un viaje al centro" en respuesta a una alusión de Vara, y añadió que el propio Vara sí había hecho un viaje desde la derecha al centro y luego del centro a la izquierda, en enésima referencia al pasado político del presidente de la Junta. Otra cuando Vara replicó a una alusión de Díez Solís que había dicho que engañaba a los extremeños, espetándole "yo me puedo equivocar, pero engañar, nunca".

Poco más. A mitad de sesión, el presidente Rodríguez Ibarra, que también debutaba siguiendo un debate de este tipo desde la tribuna de invitados y no desde la de intervinientes, se marchó. Excusó su marcha --y la negativa a hacer declaraciones a la prensa-- con un compromiso en Madrid.

Al final de la sesión, Fernández Vara corrigió a Díez Solís al decirle que el día que Zapatero comentó en Alange que el presidente extremeño presidiría el Congreso Federal del PSOE no fue el día más feliz de su vida, sino que lo fueron los días que se casó y en los que nacieron sus hijos. A buen seguro que el de ayer tampoco está entre los días más felices de su vida.