Nerviosos, con un poco de pereza y con ganas de ver a sus compañeros. Así se levantaron ayer la mayoría de peques extremeños, a los que el despertador les recordó que los días veraniegos de piscina y playa ya se han acabado y que la vuelta al cole ya no es está tan lejos sino que es una realidad.

La puerta principal del colegio Diocesano de Caceres se abrió ayer tras dos meses de verano. Niños corriendo, coches aparcados en doble fila, padres comentando las vacaciones en Torremolinos y el "otra vez la rutina" de una madre que llevaba a su hijo a clase.

A las diez en punto casi todos los alumnos de 4ºA ya estaban sentados en sus mesas, deseosos de que la profesora Ana les preguntara por sus vacaciones. Cinco minutos después llegó Miguel Angel, y todos a la vez gritaron su nombre. Se nota que están contentos por verse de nuevo. "Tenía muchas ganas de encontrarme con mis compañeros y de ver a la profe", comentaba Sonia risueña.

Día de presentaciones

Víctor, Enrique, Miguel y Carolina también destacaban ayer en el aula las ganas que tenían de volver al cole . "Hoy ha sido un día de presentaciones, les hemos explicado las normas de convivencia y les hemos dado las agendas", señalaba la tutora de 4ºA, Ana Olgado. A mitad de la jornada todos estaban atentos a las explicaciones que hacía Ana sobre el lema del colegio de este curso: ¡Con trabajo duro, éxito seguro! .

Miguel Muñozo, otro profesor de Primaria del Dioce , también comentaba que estos primeros días casi todos están contentos por los reencuentros pero que luego cuando tienen que estudiar más y es cuando se les "achucha un poco" ya no les gusta venir tanto.

Pero la jornada de ayer fue corta. A las 12.00 ya estaban todos en la calle abrazando a sus padres y con ganas de llegar a casa para ver la tele o jugar. Begoña Rodríguez, madre de un niño de 4º de Primaria, decía que a ella le daba pena porque le echaba de menos en casa, sin embargo, Esperanza Marchena, otra madre, comentaba en el corrillo que "después de estar todo el verano con ellos es un respiro". Y es que la vuelta al cole no sólo la viven los niños sino que los padres y abuelos, también lo notan.