Tal día como hoy, hace 25 años, fue domingo. Un domingo en el que muchos aseguran que Extremadura despertó su conciencia regional. Amanecía septiembre y aquella mañana de 1979 los alrededores de Villanueva de la Serena aparecieron tomados por las fuerzas de seguridad. El objetivo era impedir que los extremeños participaran en una manifestación no autorizada convocada para protestar en contra de la puesta en marcha de la Central Nuclear de Valdecaballeros. Pero, finalmente, aquella protesta se terminó convirtiendo en la más importante de la historia de la región.

Pero todo comenzó unos días antes, cuando los extremeños conocieron que el Gobierno había dado el visto bueno a la central nuclear. En ese momento, empezó a gestarse un movimiento en las comarcas de La Serena y La Siberia que culminó con el encierro de una veintena de alcaldes en el Ayuntamiento de Villanueva de La Serena. Sería sólo el inicio de una movilización que se extendió por toda la región y que terminó congregando a 130 alcaldes en el encierro villanovense --120 pacenses y 10 cacereños--.

Paralelamente se había puesto en marcha una importante campaña informativa mediante boletines y panfletos con la que se pretendía advertir a los extremeños sobre las desventajas que suponía para la región contar con una planta nuclear.

La convocatoria

Todo ello se concretó en la convocatoria de una manifestación monstruo , así se la denominó en algunos medios de comunicación, que se celebraría en Villanueva el primer día de septiembre. Y el llamamiento surtió efecto... hasta en Europa.

Extremadura se preparaba para aquella mañana de septiembre. Corría el rumor de que la protesta, que no estaba autorizada, sería secundada por miles de extremeños y todo indicaba que la manifestación podría ser una de las mayores protestas en España después de los años de dictadura.

Villanueva amaneció tomada por corresponsales y televisiones de varios países europeos y por las fuerzas de seguridad, que establecieron controles en las carreteras de acceso al municipio para dificultar el paso a los manifestantes que llegaban de todos los puntos de la región.

Pero cuando los agentes daban el alto a los autobuses y coches que se aproximaban a Villanueva, la gente buscaba entradas al municipio caminando campo a través. El goteo de personas fue incesante a lo largo de la mañana, hasta el punto de que la manifestación tuvo que retrasarse.

Más de 25.000 extremeños consiguieron participar en la protesta --otros 10.000 se quedaron en los controles policiales--. La manifestación recorrió las calles villanovenses hasta altas horas de la noche para culminar en la Plaza de España, ante el ayuntamiento en el que los alcaldes permanecían encerrados.

La Central Nuclear de Valdecaballeros nunca llegó a funcionar. Muchos dicen que aquel día de verano, cuando anocheció, Extremadura despertó su conciencia regional.