Criticados y silbados por unos pocos, los bomberos forestales, los héroes de incendios como el de Las Hurdes, han dado su vida durante las últimas horas para evitar la tragedia. "Es muy difícil satisfacer a todas las personas, para cada uno lo suyo es lo más importante, sabemos que las críticas y los silbidos los hacen en situaciones de máxima excitación, cuando ven llegar la llamas, luego se tranquiliza la situación; pero hay que tener un poco de respeto y educación", explica Pedro, capataz de una cuadrilla.

En este mismo sentido, otro bombero, relata: "Hay ocasiones en que tenemos que trasladarnos de un lugar a otro, esto requiere tiempo y mucho control por parte de los mandos y coordinadores; nosotros hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos e intentamos ayudar en todo, pero comprender a toda la gente es complicado y más en un fuego como este, con tantos frentes".

Lo que sí tienen claro estos hombres, al igual que los agentes forestales y los directivos contraincendios, es que hay que "proteger primero a las personas para que no sufran los humos o las llamas, después son los animales y los bosques", asegura Carlos Martín, agente forestal y gran conocedor del fuego.

Estos hombres y mujeres, en algunas ocasiones comen y duermen poco y mal porque las situaciones de los incendios no les dejan, o en ocasiones por estar en lugares poco accesibles. "Hay veces que nos entregan la comida desde los helicópteros, otras veces nos la traen los compañeros, pero lo más importante es apagar lo antes posible para descansar, o en caso contrario para ir a otro foco. La verdad es que nos suelen atender bien", narra Roberto, un bombero llegado desde Badajoz.

Todos afirman que están contentos con su trabajo, que conocen los abatares de los fuegos.

"Hoy hemos salido de Huelva, lo mismo cuando terminemos nos envían a otro lugar de España, todos los años nos recorremos el país varias veces para sofocar los incendios", apunta Rufino Pérez, de Huelva, y miembro de la Brif.

Uno de los bomberos más jóvenes es Noé Blanco, pertenece a la base del Sepei de Plasencia, que afronta su primer año como bombero. "Ya he estado en muchos incendios este año; me gusta la profesión, a pesar de los riesgos, pero al final sabes que nuestro trabajo es ayudar a la sociedad y por eso estamos", sostiene este joven.