La situación de los incendios en Extremadura continúa siendo grave, por lo que se mantiene el nivel 2 de alerta, aunque desde la Junta se ha transmitido un mensaje de mayor optimismo respecto al caos y la preocupación de la tarde del domingo. Según la información remitida por el operativo contraincendios a última hora de la tarde de ayer, un total de diez focos permanecen activos y sin control, aunque sus dimensiones y evolución son más favorables.

Así, continúan avanzando los fuegos de La Fragosa, en Las Hurdes, Cedillo, La Codosera, Valencia de Alcántara, La Fontiña (cerca de Valencia), Ceclavín, Salorino, Garganta la Olla, Cabezallosa y Puebla del Maestre. A última hora de la noche se reavivó el fuego en Casas de Millán, en la zona de Grimaldo, y sus vecinos tuvieron que ser desalojados.

En cambio, se da por casi extinguidos el incendio de Calamonte, y por controlados los de Santiago de Alcántara, Benquerencia de la Serena, Valdelacasa del Tajo, Carmonita y Jerez de los Caballeros, si bien en este último caso, y según las noticias llegadas a EL PERIODICO anoche, las llamas podrían haberse reavivado.

El consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, apuntó ayer que el cambio en la dirección del viento ha contribuido en gran medida a que la situación mejore, alejando el incendios más virulento, que ha asolado el entorno de Valencia de Alcántara, hacia Portugal. Con todo, advirtió de que tanto la sequedad del suelo como el mantenimiento de temperaturas muy altas pueden dar un vuelco a la situación en cualquier momento.

En cuanto a las más de 2.500 personas desalojadas de sus casas en las distintas pedanías y poblados de Valencia y La Codosera, López Iniesta manifestó que la mayoría ya han regresado a sus viviendas, si bien a lo largo del día de ayer hubo que volver a desalojar a los vecinos de Alcorneo, y los ancianos de una residencia de Valencia han sido llevados a Cáceres.

Al cierre de esta edición, los efectivos para el control y extinción de incendios estaban repartidos por toda la región, con el fin de controlar desde tierra la evolución de las llamas, ya que las aeronaves no pueden actuar por la noche.

En una primera evaluación de daños, López Iniesta destacó la pérdida de amplias zonas de enorme valor "ecológico y económico", especialmente en las áreas de Valencia y Grimaldo, aunque explicó que para una valoración más precisa habría que esperar varias semanas.

Por lo que se refiere a los medios de que se dispone para afrontar la emergencia, y además de los que operan en tierra, el consejero apuntó que se cuenta con los nueve helicópteros operativos desde el domingo, además de los siete aviones, a los que habría que añadir otros dos enviados ayer por la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, la situación de las provincias limítrofes continúa preocupando, ya que Extremadura se encuentra rodeada por incendios aún sin controlar. Así, en el sur, la zona onubense de Almonaster la Real sigue en llamas, y otro tanto ocurre con el sur de Avila y Salamanca, donde ayer se desató un incendio que, en principio, se aleja de la región.