En Extremadura, la boca es el lugar por el que más dinero se les escapa a los hogares. Y es que las familias extremeñas son, junto a las gallegas, las que dedican mayor parte del gasto a la alimentación. Los datos de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que el gasto medio mensual por extremeño es de 1.512 euros, de los que 352 euros --el 23%-- se destinan a alimentos, bebidas y tabaco. La cifra sólo es superada por los gallegos, que con un gasto medio de 1.673 euros destinan el 26,6% --446 euros-- al mismo capítulo.

Las cifras extremeñas están por encima de la media española, que es del 20% --el gasto medio por persona es de 1.904 euros y el de alimentos, bebidas y tabaco es de 384-- y quedan lejos de las de comunidades como Baleares, 16,6%, y Madrid 16,8%.

La explicación de todo esto, según los expertos, es que las familias con menor renta dedican una proporción más elevada que la media a los apartados de alimentación, bebidas, tabaco, vestido y calzado, mientras que las familias de comunidades autónomas de renta más elevada destinan más que la media a los denominados bienes superiores, como son la enseñanza, el ocio o los hoteles y restaurantes.

Es decir, el peso relativo del gasto destinado a alimentación se reduce a medida que aumentan los ingresos. Y eso es lo que ha ocurrido en Extremadura los últimos cuatro años, en donde esta partida ha disminuido progresivamente. De igual forma, mientras que los madrileños dedican un 2,1% al gasto en enseñanza, el de los extremeños no llega al 1%. En hostelería y ocio la partida regional también es menor.