El portavoz del departamento de Estado, Philip Reeker, aseguró ayer que EEUU se toma "muy en serio e investigará" las circunstancias por las que un misil Tomahawk disparado el viernes contra Irak desviara su rumbo y fuera a parar por error a Irán resultando heridas dos personas en la refinería de petróleo donde impactó. Reeker indicó que no se habían "pedido disculpas" a Teherán.