Las modificaciones tributarias propuestas para financiar la sanidad tendrían un efecto muy limitado en Extremadura, a excepción del incremento en el denominado ´céntimo sanitario´, esto es, el impuesto que desde el 2002 grava las gasolinas y cuya recaudación se destina íntegramente a financiar el gasto sanitario.

De este modo, la subida planteada del 10% para el tramo cedido a Extremadura de los tributos sobre el alcohol, cerveza y productos intermedios supondría un incremento de ingresos de en torno a un millón de euros sobre la recaudación anual, que ronda los diez millones.

En cuanto al incremento del impuesto sobre el tabaco, la región pasaría de recibir unos 60 millones a contar con algo más de 63 millones.

Por otro lado, la aplicación en su cuantía máxima del impuesto sobre ventas minoristas de hidrocarburos en el tramo estatal daría a la región otros 16 millones de euros adicionales aproximadamente.

Finalmente, Extremadura, de mantener su proporción en el fondo sanitario estatal contaría con casi 15 millones de euros más por año.

Por otro lado, y si Extremadura ejerciese la capacidad para incrementar impuestos como el de la energía o aplicar el tramo autonómico del ´céntimo sanitario´ la recaudación tendría un incremento bastante más fuerte.

De este modo, el impuesto sobre la electricidad significaría apenas 300.000 euros adicionales, pero la aplicación en toda su cuantía del tramo autonómico del impuesto sobre las ventas minoristas de determinados hidrocarburos (que ahora no se aplica) podría generar ingresos adicionales que superarían los 50 millones de euros.