"Estaba sola y se fue la luz. Me puse nerviosa y fui a por una vela. Mientras pasaba, el techo del pasillo se cayó y empezó a caer agua. Las habitaciones y el baño están destrozados. Lo peor es que no tenemos seguro y con la pensión de mi marido no podemos pagar los desperfectos", decía Isabel Cortés, que vive en San Blas.