Por encima de la tradición y del arraigo cultural. El presidente de la Junta de Extremadura, lo ha dejado bien claro: los festejos taurinos en Extremadura "son un bien económico y de creación de empleo". Principalmente porque la región es la tercera comunidad autónoma con más ganaderías dedicadas a la cría del toro de lidia. Más de 120 --según las últimas estimaciones de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural--, con cerca de 300 explotaciones y 46.338 hectáreas de dehesa donde pace el ganado bravo. Esto se traduce en cientos de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos: desde los mayorales a los propios ganaderos, pasando por veterinarios, guardas o empresas de suministro de piensos, de transporte o seguros. Y eso solo en lo que se refiere a la actividad en el campo, porque la organización y desarrollo de festejos taurinos --populares o de lidia-- llevan aparejado un sinfín de oficios y actividades: maestros de faena, cuadrillas, toreros, empresarios de plaza, sanitarios, seguridad, etc.

Según cálculos realizados por el propio sector, 45 millones de espectadores asisten cada año a los festejos taurinos que se organizan por todo el país --entre 1.500 y 2.000 solo contando las corridas con toreros, las novilladas y los espectáculos de rejoneo--. Es casi cuatro veces más que el publico de los 20 estadios de la Primera División española de fútbol durante la pasada temporada --12,8 millones --. En total, la actividad taurina genera unos 2.500 millones de euros anuales en España.

Víctima de la crisis

Pero además, se trata de una actividad tan ceñida a la situación económica y tan dependiente de la fidelidad del público, que una coyuntura de crisis como la actual origina fuertes depresiones en el sector taurino. Así, durante el año pasado se celebraron en Extremadura 875 espectáculos entre corridas de toros, novilladas, faenas de rejoneo, festivales, toreo cómico, encierros y festejos populares, de acuerdo con las cifras facilitadas por la Consejería de Administración Pública y Hacienda. Son 72 menos que en el 2008, un ejercicio en el que ya se había notado la situación de deterioro económico, porque en el 2007 se organizaron casi un millar de festejos (980). Las consecuencias han sido manifiestas: empresarios que han roto sus contratos de explotación en plazas de toros --como ha ocurrido en Almendralejo, donde la empresa Ruedo de Barros prefirió indemnizar al ayuntamiento con 12.000 euros antes que exponerse a perder mucho más dinero debido a la falta de rentabilidad del coso--, ganaderos que se ven abocados casi al cierre de sus explotaciones porque apenas logran vender sus morlacos; toreros y cuadrillas con menos posibilidades de acceder a un cartel, y ayuntamientos que han reducido su presupuesto en festejos.