Rafael Vargas y su mujer están pasando una situación difícil. En su día desembolsaron los 8.000 euros de la entrada necesaria para ocupar una vivienda en la promoción Altos de Cantaelgallo en Almendralejo, pero ahora... los bancos no les facilitan préstamos para poder pagar la hipoteca. Su caso es particular, porque para acceder a su casa una entidad bancaria le pidió un aval de 12.000 euros y lo pagó con el dinero que tenían previsto para amueblar el piso. Se da la circunstancia de que él tiene trabajo (es camarero en un establecimiento hotelero de Palma de Mallorca) y su mujer tiene trabajo fijo como limpiadora en un hotel también en esta ciudad.

Lo cierto es que, pese a estas circunstancias, ningún bando se atreve a darle un préstamo. La razón que le dan, asegura, "es que ya tengo dos préstamos, uno para el coche y otro de 24.000 euros"; además, "dicen que somos jóvenes" (él tiene 37 años y ella 28).

Ahora se encuentra con que está pagando un alquiler de 300 euros al mes para vivir en el piso del Plan 60.000 euros que le adjudicaron en su día, ubicado en la calle Mateo Carrión. En pocos días, ambos partirán para Palma de Mallorca para trabajar, "y me encuentro con que allí también tengo que pagar otro piso en alquiler y ahora este también de Almendralejo sin el préstamo", comenta Rafael.

Su único consuelo, reitera, es que esos 12.000 euros adelantados como aval harán que si consigue el préstamo hipotecario la cuota mensual se le quedará en 235 euros, unos 100 menos que lo que pagan los que viven ya en estos pisos.