Sobre el papel, el sistema de la tecnología PLC (Power Line Comunications) parece sencillo. La señal de internet se incorpora a la red eléctrica en los centros de distribución de media tensión, y, desde ahí, comparte cable con el suministro eléctrico. En los centros de transformación de media a baja tensión, que son los que luego distribuyen a los hogares, se instala un modem (patente valenciana de la firma DS2), que traduce y separa las señales eléctrica y de voz y datos.

De ahí, ambas viajan hasta el cuarto de contadores de los edificios, donde se ha instalado un repetidor que amplifica la señal de internet y la envía a las redes domésticas.

Así, a cualquier enchufe de la casa llegará, además de la corriente, una señal para conectarse a la red de redes . Para aprovecharla, bastará con que el internauta disponga de un pequeño modem, cuyo peso es de un kilogramo y que las compañías facilitan en depósito y sin pedir fianza, para conectar el ordenador.

De este modo, el usuario no se verá limitado por el punto de su vivienda en el que le hayan instalado la conexión, ya que podrá trasladarse a cualquier habitación y acceder desde el enchufe a internet.

Sin embargo, bajo tras aparente sencillez está un importante trabajo en desarrollo tecnológico que ha llevado más de una década. Así, hubo que diseñar los dispositivos que metiesen la señal de internet en la red eléctrica sin pérdidas de calidad y en frecuencias muy distintas a las del transporte eléctrico, para evitar interferencias.

En una segunda fase, igualmente compleja, se trabajó en eliminar los ruidos en el último tramo, el de los hogares, en los momentos en el que la red eléctrica estuviese a pleno uso. Después vinieron diversas pruebas sobre barrios elegidos para experiencias piloto y, finalmente, con la tecnología ya depurada, se inició hace unos días la comercialización.

El resultado es un sistema con posibilidades aún por descubrir (se estima que podrá llegarse a velocidades de 25 megas, aunque ahora el máximo son 2 megas), y que, además de internet, puede ofrecer servicios como sistemas de alarma, televisión digital interactiva o telefonía.