Enardecido por la sentencia del procés y los altercados callejeros, el independentismo está en condiciones de conseguir más de la mitad de los 48 diputados en liza en Cataluña por primera vez en unas generales, y de sobrepasar también la barrera del 40% de los votos en una cita con las urnas otrora refractaria para los soberanistas. Al frente de las huestes independentistas se afianza ERC, que con su apuesta por las vías pragmáticas recabaría el 23,2% de los sufragios y 14-15 escaños (ahora tiene 15), revalidando el triunfo del pasado abril.

Las otras dos fuerzas secesionistas, JxCat y la CUP, con mensajes más coincidentes de lo que podría parecer, libran una dura batalla entre sí. Los anticapitalistas han arrebatado siete décimas a los neoconvergentes en la última semana y la diferencia ya es de solo dos décimas a favor de la candidatura de Laura Borràs. La CUP se quedaría con el 14,7% de los votantes de ERC y el 10,7% de los de JxCat, que también regalaría otro 8,5% a ERC. El porcentaje de voto independentista se situaría en el 42,6%, cosechando entre 23 y 26 de los 48 escaños.

El PSC, por su lado, se consolida en la segunda posición y, tras sumar tres décimas en los últimos días, lograría el 20,8% de las papeletas y 11-12 parlamentarios (ahora tiene 12). Los comuns mejoran una décima y se quedarían con 6-7 diputados (hoy tienen 7).

Las derechas siguen con su lucha particular por evitar el farolillo rojo en Cataluña, posición que podría ocupar Ciudadanos, cuya debacle le dejaría con 1-2 escaños de los 5 que tiene en la actualidad. Vox, que atraería a uno de cada 10 votantes del PP y de Cs, ya está a solo dos décimas de atrapar a los populares.