Acudir en socorro de los bancos aquejados por la crisis será más barato para los contribuyentes que dejarlos desplomarse, según dijo ayer un alto cargo del FMI, Akira Ariyoshi, responsable regional en Asia-Pacífico. "Nada sería peor que un derrumbamiento total del sistema financiero", explicó, al ser preguntado en Tokio por las ayudas que varios países occidentales han prestado a sus bancos, en contra, incluso, de una buena parte de la opinión pública. Ariyoshi señaló que "cuando el mercado no funciona, la intervención pública se impone", aunque sean medidas impopulares.