Estas tres amigas tienen una visión clara del comportamiento de los que, con su edad, deciden correr riesgos en sus relaciones sexuales. "La gente que no usa preservativos con gente que conoce de una noche, está loca. Luego llegan los problemas y los embarazos", afirma Laura Prieto, una joven de 26 años, empleada de limpieza en la ciudad de Cáceres.

"El problema es que muchas de las chicas que aceptan tener relaciones sin usar ningún tipo de protección, se dejan llevar por lo que piensan lo chicos, y ellos piensan que no sienten lo mismo si usan preservativo", asegura Laura Jiménez, amiga y compañera de 21 años, estudiante en prácticas en un hotel de la ciudad. Su amiga Ana Nofuentes, estudiante de 19 años, tiene clara la razón de su actuación, "los chicos no aceptan que ellos también pueden contagiarse".

Estas tres amigas están de acuerdo en que en el momento indicado ningún chico piensa que pueda contraer algún tipo de enfermedad. También creen que existe cierto temor por parte del sexo femenino del miedo al rechazo, del "si te he visto no me acuerdo", es por ello que las chicas necesiten una pequeña muestra de afecto para llegar hasta el final con alguien.

Para estas tres colegas, amor y sexo no son términos que deban ir ligados, "aunque si van unidos, mejor", asegura Laura Prieto. "Pero si conoces a una persona, y te apetece una relación de una noche, perfecto", asegura Ana. Aunque una vez más, el conflicto entre géneros sale a relucir: "El hombre es un macho si se acuesta con muchas mujeres, y la mujer es una prostituta si hace lo mismo", asegura Laura Jiménez.

El problema de trasfondo para estas tres jóvenes pasa por un cambio de mentalidad por parte de la sociedad, con alternativas como la implantación de una educación sexual en los colegios. Además, afirman que la píldora abortiva incrementa la falta de responsabilidad a la hora de mantener relaciones sexuales.

"Ahora mismo se dan charlas en los colegios, pero sirven de poco, los jóvenes se lo toman a cachondeo", asegura Laura Jiménez. "La sociedad necesita un cambio de mentalidad donde la sexualidad sea un componente más de la vida. Es algo natural y no deberíamos avergonzarnos de ello", responde Laura Prieto. Y sus amigas, asienten.