Lo dije el primer día, al día siguiente de que España perdió con Suiza, junto al de anoche, su mejor partido. Dije que la seguía viendo entre las tres o cuatro favoritas. Su fútbol de anoche ante la poderosa Alemania así lo demuestra.

Jugando bien tienes más posibilidades

España es el mejor anuncio del fútbol. Y la prueba de que jugando bien, queriendo agradar, apostando por un fútbol ofensivo, tienes más posibilidades de ganar que especulando. No hay duda de que Alemania sabía lo que le iba a pasar, como puede que lo esté pensando ahora Holanda. Si te enfrentas a un equipo que quiere tener el balón, sufres. Anoche, la misma Alemania que nos deslumbró ante Argentina, jugó su fútbol, en su mejor estilo, un fútbol que, sin duda, le hubiese bastado para ganar a cualquier otra selección, pero no a España. España, si vas a por ella, te mata. Ese y no otro fue el problema de los alemanes, que se enfrentaron a un equipo que antes, durante y después del partido sigue siendo mejor que ellos.

Pedrito, marca de la casa azulgrana

La idea de Del Bosque de colocar a Pedrito demuestra que sabe a la perfección lo que le puede ofrecer cada jugador: posesión, pocas pérdidas de balón, profundidad, sacrificio por todo el campo y, sobre todo, presión cuando pierden el balón. Ese modelo es Pedrito al completo. Un apunte más: falló el 0-2 porque esperó que llegase Torres y como el Niño tardó, llegaron los alemanes y se la quitaron. Si hubiese sido egoísta, como cualquier otro delantero, hubiera podido marcar, sí. Pero no hubiese sido Pedrito, siempre generoso, siempre servicial, solidario.

España ha sabido gestionar la presión

No es fácil perder el primer partido. Y menos si vas de máxima favorita, de campeona de Europa, de selección lujosa que se ha clasificado para el Mundial con poder, con fútbol y fantasía. España perdió el único partido, junto al de anoche, que podía disfrutar. Por eso han sido sus dos mejores partidos. En el primero, jugó a placer porque sabía que, si perdía, podía recuperarse. Y así lo hizo, así ocurrió y así ha podido recuperarse. Y anoche, ante Alemania, también salió a disfrutar, a pasárselo bien, a tocar y tocar, a buscar con mimo sus ocasiones (no hay selección que cree más oportunidades de gol que España ¡imposible!) y lo hizo porque ya había conseguido un premio grande, enorme: pasar de los malditos cuartos de final. Ahora le viene otro partido, el último, la final, del que solo disfrutará si gana. Ya dicen que las finales no se juegan, se ganan. Y España sabe que, pese a tener una gran generación futbolística, tal vez le cueste conseguir una oportunidad como la que se le presentará, el próximo domingo,ante una selección holandesa que sabe que se va a enfrentar al mejor equipo del mundo. Bella final.

Holanda prefería a Alemania, seguro

Todos los holandeses preferían a Alemania en la final. No hay duda. Por dos motivos fundamentales: uno, querían intentar ganar a los alemanes en una final, recordando la del 74. Y, dos, España se queda con el balón y Holanda, con menos físico y fondo que Alemania, que anoche las pasó canutas y acabó desfondada, sabe que no va a poder perseguir el balón durante los 90 minutos de la final. Holanda, eso sí, se aferrará a dos cosas. Una, es una final, partido único y puede pasar de todo. Y, dos, a España, que ha creado decenas y decenas de ocasiones de gol, le cuesta un mundo meter un gol. El resto depende solo de España, sí.