El hecho de que el Guadiana esté mejor o peor condiciona incluso la práctica deportiva. No ya la natación --"cada vez hay menos espacios donde poder bañarte"--, sino incluso otras disciplinas como por ejemplo el piragüismo. Lo sabe bien Fausto Moreno, presidente del Club de Piragüismo Iuxtanam de Mérida: "En estos momentos hay muchas algas y eso nos influye mucho, porque ese tipo de plantas se enganchan a la piragua y a los remos". El motivo del incremento de este tipo de vegetación, bajo su punto de vista, está en el empeoramiento de la calidad del río. "Desde hace unos años hacia acá no está en muy buenas condiciones. Está empeorando a pasos muy grandes, tanto por los vertidos como por las reducciones de caudal que se hacen para permitir obras en las orillas", explica.

Moreno, gran conocedor del Gudiana, indica que los vertidos residuales, tanto industriales como urbanos, son ahora menos "evidentes" que hace unos años y reconoce que, durante las campañas de la aceituna, el tomate y la vendimia, se nota que este tipo de acciones son más habituales por el aumento de la actividad en las almazaras, bodegas e industrias transformadoras. "Sí que se puede ver, porque cuando utilizas el río en esas épocas tienes la sensación de que el agua contiene más aceite, está más aceitosa, incluso parece que pringa más", agrega.