Son las 9.10. Europa está conmocionada por la doble explosión en el aeropuerto de Zaventem, en Bruselas. Aún no se sabe qué ha pasado, pero el foco se traslada al centro de Bruselas. Acaba de estallar una bomba dentro del metro en la estación de Maalbeek, la más cercana al corazón de las instituciones europeas.

"Esto es la guerra, es indescriptible. Todo está en ruinas, todo está destruido. En 40 años de servicio, esto es lo más grave que he visto", explica Pierre Meys, portavoz del cuerpo de bomberos de Bruselas. Las cifras oficiales dejan un balance de 20 muertos y más de 100 heridos. "Todos los hospitales de la región están avisados. Los hoteles han puesto sus vestíbulos a la disposición de los servicios médicos para que puedan atender a los heridos", añade Meys. Poco a poco se empieza a evacuar y a expandir el perímetro de seguridad alrededor de la Rue de Loi, en la que se emplaza la parada del metro afectada.

"Empecé a sudar frío. Solo pensaba en salir como fuese de ahí", relata Jorge Cólogan, un tinerfeño de 32 años que viajaba en el primer vagón del metro en el que explotó la bomba mientras se encontraba estacionado en Maalbeek. "Iba al trabajo en metro, se produjo la explosión en el vagón y de pronto se levantó una densa nube de humo blanco. Las personas que iban junto a mí cayeron al suelo", dice.

"Hay muchos heridos, quizá muertos", asegura una mujer que llora en estado de choque en el exterior de la estación. "No recuerdo de dónde vengo, solo sé que estaba en la planta -1 de la estación, que he oído una explosión y que he salido corriendo", explica. "Perdí el tren que ha explotado. No era mi hora. No era mi día", dice otro hombre, de unos 40 años, conmocionado tras lo sucedido.

Otro hombre recién salido de las profundidades del metro explica que se encontraba en la estación cuando todo sucedió. "Estaba ahí abajo, en el caos. Me he quedado con una señora que había sufrido quemaduras", añade, todavía aturdido por la explosión. "Nosotros salimos de la estación de Maalbeek sobre las nueve y poco. Oímos una explosión que parecía proceder de la parte delantera del tren que estaba parado. Cundió el pánico, todos sabíamos lo que había sucedido en Zaventem", relata otro viajero.

"Las puertas de los vagones reventaron, y nos tuvieron que evacuar por ahí con cuidado. Había una enorme cantidad de humo mientras salíamos de la estación. La explosión tuvo que ser muy violenta", añade.

Otra viajera, que se salvó de vivir la tragedia por un despiste, explica que estaba dentro de la estación hablando por teléfono cuando se dio cuenta de que se había dejado las llaves. "Salí de la estación y de pronto estalló la bomba. Todas las ventanas explotaron. La gente corría hacia todas partes. Creo que me salvé por haber olvidado las llaves", narra la mujer, todavía incrédula de su suerte.

Charlotte Van Driesche, pasajera de otro de los convoyes que circulaban por los alrededores de Maalbeek, cuenta que "el impacto de la explosión tuvo que ser enorme". "Nuestro tren tembló y pudimos ver humo y polvo que se acercaba desde la estación de Maalbeek", explica. "La gente inmediatamente entró en estado de choque y el pánico se expandió como la pólvora. Todos teníamos constancia de las explosiones del aeropuerto de Zaventem", añade.

"Oímos gritos, la gente sufría ataques de nervios. Se oían por todas partes gritos", relata Mercedes, que estaba en un hotel al lado de la estación afectada por el ataque, en el corazón del barrio de las instituciones europeas. "Había gente sentada en las cubiertas metálicas, y también se oía a la gente hiperventilar fruto del shock ", describe.