"Llevo ya nueve años viviendo en esta residencia y estoy contentísima", comenta María Castro, una ´inquilina´ de la Residencia Hermanitos de los Pobres de Cáceres. "Hacemos muchas actividades, fiestas... ayudamos también en la cocina o en otras cosas".

María no para de decir lo agusto que se encuentra en el que ahora es su hogar. Ella no tuvo problemas para entrar, pero reconoce que en otros casos es difícil. "Me vine porque quise, porque mis hijos preferían que me quedara con ellos; pero yo aquí tengo muchos amigos y no quiero irme. Además, podemos salir y dar un paseo cuando nos apetece". María tuvo suerte, sin embargo, hay otras personas en sus mismas circunstancias que no la tienen y esperan a ser llamadas para, como María, poder vivir atendidos y en compañía.