Griselda es una de los más de 4.300 extranjeros en paro en la región. Está desempleada desde el pasado mayo, cuando dejó de atender a personas mayores como venía haciendo en los últimos meses. Era el sustento con el que pagaba su casa, donde ahora se pasa el día "comiéndome el coco para poder encontrar un trabajo como sea y seguir tirando adelante. No paro de buscar por todos lados pero no encuentro nada". Ese trabajo durante casi un año alivió su situación porque llevaba desempleada desde el 2009, aunque siempre ha constado como tal en las cifras oficiales del Sexpe porque como cuidadora de ancianos no ha cotizado a la seguridad social.