La gran fiesta que se vivió anoche en el Prater continuará hoy en las calles de Madrid, donde los aficionados españoles recibirán a los héroes de la Eurocopa. Después de más de dos semanas viendo a sus ídolos por las pantallas de televisión, la afición española podrá ver de cerca a sus ídolos con la segunda Copa de Europa de selecciones, la primera en color. Toda España celebró el éxito de los chicos de Luis hasta bien entrada la madrugada.

La Plaza de Colón de Madrid volvió a ser el centro de los aficionados españoles. Hasta allí se desplazaron miles de seguidores desde primera hora de la mañana. Todos con la camiseta roja y con banderas de España. Ni el fuerte calor pudo con la ilusión de los seguidores. Cerca de allí, en el Palacio de Deportes, más de 15.000 personas siguieron el encuentro en pantallas gigantes, eso sí con aire acondicionado.

Barcelona, de rojo

En la Ciudad Condal, los aficionados salieron a la calle. Canaletas y Las Ramblas se poblaron de banderas españolas. No se recordaba algo similar desde el triunfo de España en fútbol en los Juegos del 92.

Tras la finalización del partido, las principales arterias de Barcelona volvieron a llenarse de coches y transeúntes -muchos ataviados con gorras y banderas rojigualdas- y el silencio de las dos horas previas se tornó en ruido de bocinas, petardos y gritos y cánticos de ´España, España´ y ´Campeones, campeones´.

El tirón que ha tenido la ´roja´ en esta Eurocopa y el hecho de que el equipo de Luis Aragonés cuente en sus filas con una base sólida de jugadores catalanes (Xavi, Puyol, Capdevila, Cesc) o criados futbolísticamente en Cataluña (Iniesta), ha propiciado que en esta comunidad autónoma se haya seguido la trayectoria de la selección más que en ninguna otra cita.

Así, la Rambla de Canaletas, lugar de encuentro habitual de los aficionados al Barcelona, se congregaron, nada más finalizar el choque, miles de personas, entre aficionados españoles y turistas de otras nacionalidades que se encontraban viviendo el partido en el centro de la ciudad y no quisieron perderse la fiesta posterior.

Las banderas españoles sustituyeron, en esta ocasión, a las ´senyeras´ y banderas azulgranas que se acostumbran en la zona después de cada título que conquista el Barça.

Toda España, en la calle

"Cádiz entera se va de borrachera", se gritaba en la ciudad andaluza. En Sevilla, miles de espectadores vivieron la final ante la pantalla gigante del Auditorio Municipal Rocío Jurado en la Isla de la Cartuja. En el centro de la capital hispalense, otros miles de aficionados pasearon su alegría por el centro en la Plaza Nueva, la Avenida de la Constitución y en torno a la fuente de la Puerta de Jerez y en la fuente de la plaza de la Virgen de los Reyes, algunos disfrutaron de un chapuzón nocturno.

El Auditorio Municipal de Málaga reunió también a miles de malagueños y zonas como la Avenida de Andalucía y el Paseo del Parque vivieron la aglomeración de vehículos y aficionados.

En Mallorca, a excepción de la colonia alemana que reside en la isla, se celebró por todo lo alto. En Logroño la fiesta comenzó en el Palacio de Deportes y se trasladó a las calles tras el triunfo de España. También se instalaron pantallas gigantes en el Centro Insular de Deportes de Tenerife.

Mientras, el equipo español volaba tras el encuentro desde Viena a Innsbruck para, posteriormente, llegar por carretera a Neustif, el lugar donde iniciaron la concentración. Allí celebraron la consecución del título a la espera de hacerlo esta tarde en Madrid, a donde el combinado dirigido por Luis Aragonés llegará pasadas las siete de la tarde. Desde allí y en autobús descapotable recorrerán el Paseo de la Castellana hasta llegar a Colón.

En Viena, las dos aficiones convivieron sin ningún tipo de problemas. No se registró ningún tipo de incidentes.