A medida que avanza la crisis financiera, aumenta la incorporación de nuevos vocablos al lenguaje. Ayer hizo fortuna el término "bad banks", traducido como "bancos malos", después de que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, explicara en Madrid que diferentes países de la Unión Europea sopesan crear una entidad que asuma los activos morosos de las demás para que estas trabajen sin lastres. El problema, según Almunia, está en definir qué tipos de activos tóxicos deberían ser extraídos de los balances de las entidades y a qué precio.