Quizás tarde en llegar más que a otras regiones, pero la crisis acabará por afectar al mercado laboral extremeño con la misma virulencia que al de otras regiones españolas. Es la opinión compartida por la mayor parte de los expertos consultados ayer por el EL PERIODICO para que valorasen los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que sitúan a Extremadura como una de las cuatro únicas comunidades autónomas que consiguieron disminuir la cifra de parados durante el segundo trimestre del año. El desempleo cayó en ese periodo un 2,2% en la región, mientras que a nivel nacional la subida fue del 9,5%.

A Antonio Fernández, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Uex, no le sorprende este buen dato: "En las regiones menos desarrolladas tanto las crisis económicas como las épocas de bonanza se dejan sentir más tarde", indica.

El buen comportamiento del mercado laboral extremeño entre abril y junio se cimentó en buena medida en la evolución del sector agrario, donde el paro cayó en 3.500 personas y la cifra de ocupados aumentó en 6.200. "Este segundo trimestre es una buena época para el campo, ya que comienzan las primeras campañas de recolección", explica Fernández. Este experto considera que la economía extremeña sufrirá los efectos de la desaceleración económica de forma "más tardía", lo que no quiere decir que se deje sentir con menos fuerza. "En la mayoría de los casos los efectos son peores en las regiones más pobres que en las ricas, que tienen más medios para salir adelante".

Aunque este catedrático de la Uex cree que aún hay que esperar a los datos de empleo de los próximos trimestres, apunta que lo peor podría llegar en el primer trimestre del próximo año, para el que, señala, ya se están barajando tasas de paro a nivel nacional de entre el 12% y el 14%. Si se cumplen estas previsiones, y si se mantiene el diferencial con respecto a la tasa extremeña, la región podría alcanzar un índice de desempleo de entre un 15% y un 17%. "Ojalá el desarrollo que ha experimentado la región en los últimos años haga que la repercusión sea menor, pero no lo creo".

Para Ricardo Hernández Mogollón, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, estas últimas cifras sobre el mercado laboral extremeño "son positivas, porque a Extremadura no está llegando tanto el desempleo como a nivel nacional". Sin embargo, matiza que hay que tener en cuenta que la estructura económica extremeña es diferente a la del conjunto del país, lo que puede llevar a que el ciclo económico no sea coincidente con él. "Puede que la crisis tarde un poco más en llegar, pero llegará". Hernández Mogollón subraya que la economía extremeña tiene algunos desequilibrios que pueden hacerla más vulnerable en un futuro. Entre ellos menciona una mayor dependencia del sector de la construcción que en otras zonas del Estado, y la falta de un sector industrial que estabilice el empleo y genere puestos de trabajo de calidad, que son los que mejor resisten las crisis.

Marcelino Sánchez, profesor titular de Economía Aplicada de la Uex, apunta otro elemento que podría estar retrasando, por el momento, la desaceleración económica en la región: "Aquí hay dos factores fundamentales, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la subida del petróleo y es probable que losefectos de esta última sean máslentos". El alza de los combustibleses especialmente trascendentepara el sector agrario y,por tanto, para la economía extremeña,la que en mayor medidadepende de él en toda España(supone un 8,2% del PIB regional).Este experto considera queel sector turístico puede jugarun importante papel en el actualcontexto económico.

"Quizás le acabe afectando la crisis,pero en menor medida que aotros. El turismo se ha convertidoen una necesidad de tipo social.La gente tiende a reducir elconsumo en otra clase de productosa cambio de poder reservarese dinero para disfrutar deunas vacaciones". Sea como fuere,considera que en la región lacapacidad de este sector para recogerel empleo que se destruyaen otras actividades es limitada."No es un sector intensivo enmano de obra", argumenta.

Otro de los puntos de consensoentre los expertos consultadoses que serán los datos del tercery cuarto trimestres los quemuestren cuál puede ser la verdaderaincidencia de la crisiseconómica en el mercado laboralextremeño. "Habrá que esperara septiembre", asegura FranciscoRubio, Catedrático de Derechodel Trabajo de la Uex,quien considera que "todoapunta" a que será entoncescuando los efectos de la crisisse hagan más palpables. "Cuandola actividad de la agricultura,de la industria conserveravegetal y de los servicios empiecena bajar".

En cualquier caso, Rubio afirmaque el buen clima de diálogosocial que existe en la regiónestá influyendo "positivamente"en la evolución delmercado laboral extremeño."Ambas partes –sindicatos y organizacionesempresariales–son conscientes de que estánen la misma nave y de que sonellos quienes deben resolver losproblemas de forma conjunta".Aunque Ramón Rivera, presidentedel Colegio de Economistasde Extremadura, tambiénpiensa que las singularidadesde la economía extremeñaharán que la crisis "tarde mástiempo en notarse", subrayaque la región cuenta esta vezcon mejores armas para afrontarlaque en anteriores situacionessimilares. "El turismoestá aflorando y la agriculturase mantiene. Además, lasenergías renovables y algúnotro proyecto industrial van acrear empleo", arguye.

petróleo y es probable que los efectos de esta última sean más lentos". El alza de los combustibles es especialmente trascendente para el sector agrario y, por tanto, para la economía extremeña, la que en mayor medida depende de él en toda España (supone un 8,2% del PIB regional). Este experto considera que el sector turístico puede jugar un importante papel en el actual contexto económico. "Quizás le acabe afectando la crisis, pero en menor medida que a otros. El turismo se ha convertido en una necesidad de tipo social. La gente tiende a reducir el consumo en otra clase de productos a cambio de poder reservar ese dinero para disfrutar de unas vacaciones". Sea como fuere, considera que en la región la capacidad de este sector para recoger el empleo que se destruya en otras actividades es limitada. "No es un sector intensivo en mano de obra", argumenta.

Otro de los puntos de consenso entre los expertos consultados es que serán los datos del tercer y cuarto trimestres los que muestren cuál puede ser la verdadera incidencia de la crisis económica en el mercado laboral extremeño. "Habrá que esperar a septiembre", asegura Francisco Rubio, Catedrático de Derecho del Trabajo de la Uex, quien considera que "todo apunta" a que será entonces cuando los efectos de la crisis se hagan más palpables. "Cuando la actividad de la agricultura, de la industria conservera vegetal y de los servicios empiecen a bajar".

En cualquier caso, Rubio afirma que el buen clima de diálogo social que existe en la región está influyendo "positivamente" en la evolución del mercado laboral extremeño. "Ambas partes --sindicatos y organizaciones empresariales-- son conscientes de que están en la misma nave y de que son ellos quienes deben resolver los problemas de forma conjunta".

Aunque Ramón Rivera, presidente del Colegio de Economistas de Extremadura, también piensa que las singularidades de la economía extremeña harán que la crisis "tarde más tiempo en notarse", subraya que la región cuenta esta vez con mejores armas para afrontarla que en anteriores situaciones similares. "El turismo está aflorando y la agricultura se mantiene. Además, las energías renovables y algún otro proyecto industrial van a crear empleo", arguye.