Continúan estando en el punto de mira porque no paran de crecer. Las casas de apuestas no solo han cambiado en los últimos años la estética de los barrios más populares de las ciudades y algunos pueblos extremeños, sino también el ocio de muchos jóvenes de la región. Si no hubiera sido así, el sector del juego presencial no habría sido tan prolífico en tan poco tiempo. En el 2016 se contabilizaban 41 establecimientos de este tipo en Extremadura. A 31 de octubre del 2019 son 132 locales autorizados para realizar apuestas repartidos en más de 30 municipios extremeños, según los datos facilitados a este diario por la Consejería de Hacienda y Administración Pública. «La mayoría de las autorizaciones para la celebración de apuestas se han otorgado a establecimientos abiertos al público para el desarrollo de otros juegos, tales como salones de juego, bingos y casinos. Los establecimientos específicos de apuestas representan una minoría respecto del total», explican desde la administración.

TRES BAJAS / De estos 132 locales en marcha, hay actualmente tres que están tramitando su cierre: uno en Arroyo de la Luz, otro en Guareña y un tercero en Valverde de Leganés. Sin embargo, hay en marcha otras ocho nuevas solicitudes de autorización de apertura, instalación o funcionamiento de establecimientos de juego: una en la provincia de Cáceres y siete en la de Badajoz. «Dependerá de que se cumpla la normativa aplicable a la fecha de la solicitud su autorización o denegación», dice la administración. Es decir, que entre otras cosas, estos ocho nuevos negocios en estudio deberán ubicarse a más de 300 metros de algún centro educativo y también tendrán que contar con personal que controle el acceso de menores y personas ludópatas.

Porque esas son algunas de las limitaciones que tiene actualmente este negocio en Extremadura desde que entrara en vigor la última normativa regional el pasado febrero. ¿Suficiente para evitar que siga creciendo? «La distancia no resulta determinante para entrar en estos locales; es una medida que debería haber sido analizada y estudiada previamente», explica Jordi Ortiz, profesor de Criminología de la Universidad de Extremadura, que ha desarrollado un trabajo de campo sobre este asunto. Advierte incluso de los riesgos de marcar determinados límites. «El problema no se soluciona poniendo distancia; si acabamos llevando estos negocios a los polígonos industriales, como está pasando ya en algunas ciudades, el problema puede ser todavía peor. Prohibir la prostitución o alejar el botellón no ha acabado con estas conductas, las ha ocultado, pero existen».

PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA / El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, también reconocía recientemente que la entrada en vigor de esa distancia mínima que debe separar estos negocios (los nuevos, porque la medida no tiene carácter retroactivo) de los centros escolares no está sirviendo para acabar con la proliferación de estos negocios que, aunque son totalmente legales, están en entredicho porque pueden conllevar un problema de salud pública, especialmente para las personas más vulnerables, entre las que se encuentra la juventud. «Un problema social no es, pero sí puede ser un problema personal cuando se generan conductas adictivas», explica el sociólogo Santiago Cambero. Y ese riesgo, advierte, no está solo en las 132 locales de apuestas que hay a pie de calle. «No hay que olvidar el juego on line. Los locales son un escaparate con mucho márketing que hace muy atractivo entrar en ellos y gastar dinero. Pero centrar solo el debate en esos espacios físicos de la vía pública no es focalizar correctamente el problema. Me preocupa más el juego on line, más accesible, anónimo y un medio que los jóvenes manejan a la perfección», insiste el profesor Cambero.

PROPUESTAS EN ESTUDIO / Sin embargo, la preocupación de las administraciones parece estar centrada en el negocio que sí se ve en las calles. Ciudades como Barcelona acaban de prohibir la apertura de nuevos locales de apuestas en sus barrios. Y esta es la línea que asociaciones de vecinos y colectivos de ayuda a personas con adicciones quieren que se siga en la comunidad. «La prohibición no acaba con el problema. No hay que olvidar que también hay otros juegos de azar como el cupón de la ONCE, la Quiniela, el Euromillones... y estaríamos estableciendo un discurso hipócrita, porque además estos juegos generan mucho dinero al Estado», añade el sociólogo. A su juicio, lo convenientes es hacer mayores esfuerzos en educación y formación. Sin embargo, el pleno del Ayuntamiento de Plasencia acaba de aprobar una moción por la que se compromete a no autorizar nuevas licencias en la ciudad. También la Asamblea de Extremadura dio el visto bueno la semana pasada a una propuesta de impulso -a iniciativa de Unidas por Extremadura con una enmienda del PP- para paralizar al menos durante un año la autorización de nuevos locales de apuestas en la región y desarrollar paralelamente una ley contra la ludopatía. «Parar y analizar la situación con tranquilidad sí sería conveniente, hacer estudios en profundidad y decidir medidas de forma conjunta en todo el país, pero la prohibición se nos puede volver en contra», insiste Jordi Ortiz.

CASI 25 MILLONES / Desde la Junta avanzan a este diario que se va a estudiar la petición parlamentaria para intentar desarrollarla y ponerla en marcha, mientras también se plantea subir los impuestos a estos negocios que actualmente aportan cerca de 25 millones de euros anuales a las arcas regionales (incluido todo tipo de juegos, no solo apuestas). «No deja de ser un negocio que el Estado también sostiene. La Lotería del Niño, por ejemplo, usa incluso a niños», apunta el profesor Alfonso Vázquez, antropólogo de la UEx. Por eso, a su juicio, la prohibición no es la mejor respuesta a la proliferación de las casas de apuestas dentro y fuera de Extremadura. «Lo realmente importante es la prevención y la educación».

Vázquez y Cambero han participado en un reciente estudio realizado por la Asociación para la Atención y el Tratamiento de Adicciones (Atabal), que pone el acento en las adicciones emergentes, como son las apuestas deportivas. Entre las conclusiones destacan que hay menores de edad que acceden a casas de apuestas, tanto físicas como on line, a partir de los 14 años. En concreto, el estudio basado en una encuesta realizada a cerca de 5.000 adolescentes extremeños y recogido en una guía revela que el 24% de los consultados de 14 años asegura que ha jugado en alguna ocasión. Este porcentaje se eleva casi al 50% cuando se pregunta a los mayores de edad. Del trabajo también se desprende que en los juegos de azar predomina el cliente masculino y que uno de cada cinco encuestados ha intentado dejar el juego pero ha fracasado.

Atabal es una de las asociaciones regionales que realizan programas de prevención en los centros educativos, donde tratan especialmente la adicción a juegos de azar. También llevan a cabo tratatamientos invidualizados con personas adictas. Entre ellos, la psicóloga de la asociación, Eva Herculano, cita a un joven que perdió 6.000 euros de su beca de estudios con las apuestas y que acudió a Atabal cuando su problema ya no solo era de adicción sino «económico». La realidad, sostienen, es que «no se precibe el riesgo».