Lo dijo en el 2004 Rafael Hernández, entonces responsable de Producción Agrícola de la organización agraria Coag: "Estamos ante la muerte lenta del cultivo del tabaco en España". Y muchos han repetido la frase en estos años. E incluso, dentro del sector, a pie de campo, seguramente lo mascullaba desde antes. El tiempo parece haberles dado la razón. Cada vez quedan menos productores de tabaco y la superficie cultivada, aunque de forma más lenta, también disminuye. De hecho, Extremadura, que es la primera potencia a nivel nacional en este sector, apenas cuenta hoy con la mitad de tabaqueros que hace siete años.

Según los datos que maneja la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de la Junta, actualmente existen 2.084 agricultores en la región dedicados a este cultivo --son los que tienen cuota de producción--, cuando en el año 2000 eran más de 4.500. El descenso ha sido continuo durante esta última década: en el 2002 la cifra ya había bajado a poco más de 4.000 y a partir del 2005, último año previo a la entrada en vigor de la OCM (Organización Común del Mercado) del tabaco, se produjo una drástica reducción, al bajar de los 3.700 esa campaña a 2.700 en la siguiente, la del 2006.

"Con la aprobación de la OCM y la llegada de las ayudas desacopladas --subvención que se concede al agricultor por haber cultivado tabaco durante determinados unos años que se toman de referencia, independientemente de que ahora se dedique a esta actividad o a otra--, muchos apostaron por coger ese dinero fácil y dejar el tabaco", apunta Nicasio López Bote, productor, con unas 350 hectáreas junto al Tiétar y presidente de la Interprofesional del Tabaco, la organización que agrupa a agricultores, transformadoras y fabricantes del país.

SIN RELEVO Pero a este se suman otros factores, como el de la falta de relevo generacional. "Aunque no es un sector especialmente envejecido, han sido muchos los que han aprovechado estos años de incertidumbre para jubilarse", explica Tomás Sánchez Várez, presidente de la Cooperativa TAB de Talayuela y de la Unión Internacional de Tabaqueros (Unitab). En este sentido también recuerda las dificultades introducidas por la propia reglamentación comunitaria para incorporar agricultores al sector, dado que para acceder a las ayudas comunitarias es necesario haber notificado cuotas de producción en los años de referencia. Si alguien quiere comenzar en este cultivo solo puede lograr esos derechos por herencia o comprándolos a alguien que deja o reduce su actividad como tabaquero.

Nicasio López agrega otra causa más global: "Cada vez hay menos gente dispuesta a trabajar en el campo; por los motivos que sean, es una actividad desprestigiada y que no gusta a los jóvenes".

Dentro del sector insisten en que, sin los fondos europeos, dados los "bajos" precios de compra de la industria y el continuo incremento de los costes de producción, este cultivo no resulta rentable. Esto también ha incidido en la reducción del número de productores. "Ha habido fusiones entre explotaciones. Los propios agricultores se han unido para tratar de obtener cierta rentabilidad a través de producciones mayores, que es una forma de minimizar los gastos", expone Sánchez Várez.

Sus palabras sirven también para explicar otra circunstancia: a pesar de que la cifra de productores se ha caído a la mitad en estos siete años, la superficie dedicada a este cultivo solo se ha reducido un 20%, e incluso en la actual campaña existe un mayor número de hectáreas en explotación que durante la anterior. Así, de acuerdo con los datos de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, mientras en el 2002 había cerca de 12.723 hectáreas, en el 2008 quedaban 9.835; es decir, un 22% menos. Este año, según estas fuentes, la superficie se ha elevado por encima de las 10.300 hectáreas.

"Se siembra más para intentar reducir los costes; ha habido quien ha comprado más cuotas; y con la mecanización de la cosecha, que rompe más hojas de tabaco que si se recoge a mano, también es necesario poner más superficie para obtener la misma producción", argumenta el presidente de Unitab.