Extremadura ha quedado, de momento, al margen de la revolución que ha supuesto la llegada al mercado español de las líneas aéreas de bajo coste. Estas compañías, cuyos reducidísimos costes operativos y comerciales les permiten ofrecer billetes como mínimo un 50% más rebajados que las aerolíneas tradicionales (Iberia o Air Europa), se han hecho un hueco importante en el negocio del transporte aéreo español. La quincena de aerolíneas que ofrecen vuelos baratos operan ya en aeropuertos de nueve comunidades españolas, pero aún no lo hacen en Extremadura, Galicia, Cantabria, Asturias, Castilla-La Mancha, La Rioja, Aragón y Navarra.

Ninguna de estas compañías --entre las más conocidas figuran Virgin Express, Easyjet o Ryanair-- han puesto aún los ojos en el aeropuerto extremeño. Este aeródromo tiene en servicio dos líneas regulares en la actualidad, una con Madrid --que opera la compañía Air Nostrum, filial de Iberia-- y otra con Barcelona a través de León --explotada por Lagun Air--. Las aerolíneas de bajo coste suelen utilizar aeropuertos alternativos, con menores tasas pero más alejados de las capitales de provincia. Este ahorro permite a las compañías ofrecer billetes más baratos a sus clientes. En la actualidad operan en España unas 15 aerolíneas de este tipo, que conectan los aeropuertos de nueve comunidades con los principales destinos europeos.

UN REVULSIVO ECONOMICO Pero la llegada de estas compañías a estas comunidades no sólo supone una oportunidad para los viajeros de ahorrar en billetes sino que están suponiendo un revulsivo económico para las ciudades donde se encuentran los aeropuertos. Esto mismo es lo que ha sucedido, por ejemplo, con las ciudades catalanas de Reus y Gerona, que han visto cómo en los últimos meses las compañías aéreas de bajo coste revolucionaban el panorama turístico de la zona.

Ante este avance, lo cierto es que las aerolíneas tradicionales las han emulado. Iberia o Air Europa, entre otras, ya no ofrecen ni siquiera bebida gratis en los vuelos de media distancia. Y para comprar un billete han desaparecido las restricciones de estancia. La reacción ha empezado a dar frutos. Ryanair situó en el 71% su nivel de ocupación en enero, frente al 73% de un año antes, pero aún supera a las clásicas, que pueden compensar pérdidas con los vuelos de larga distancia. Easyjet, en cambio, se mantiene firme en el 77%.

MAS ASIENTOS POR AVION La UE acaba de obligar a Ryanair a devolver la cuarta parte de las ayudas que recibió del aeropuerto belga de Charleroi. Aunque amenaza con subir precios, los expertos creen que esa medida sólo rebajará en tres puntos su margen, de más del 20%.

Easyjet afirma que sus ventajas en materia de costes operativos provienen de colocar más asientos por avión, usar más la flota, tener menos tripulación, pagar menos tasas de aeropuerto y subcontratar el mantenimiento. Estos elementos ya reducen un 28% de los coste, explica la responsable de Márketing, Cristina Bernabé. A ello hay que añadir unos costes en tierra menores, los servicios de pago a bordo y la venta sin intermediarios. Todo ello reduce costes de las compañías hasta el 50%.