Extremadura es la cuarta comunidad autónoma española que destina más recursos económicos a la asistencia sanitaria a diabéticos, según datos de la Federación de Diabéticos Españoles (Fede). En total, se destinan a este capítulo 1.390 euros por paciente y año, solo por detrás del País Vasco, Navarra y Asturias, que se colocan a la cabeza con un gasto por paciente y año de 1.563, 1.528 y 1.495 euros, respectivamente. En el lado opuesto se sitúan Andalucía, Madrid, Valencia y Baleares, donde el gasto por paciente y año es de 1.121, 1.103, 1.078 y 1.000 euros, respectivamente. En Extremadura están diagnosticados con esta enfermedad entre 70.000 y 80.000 personas, según cálculos de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Extremadura (Fadex).

A nivel nacional, desde Fede se lamenta la falta de equidad en la asistencia sanitaria a este tipo de pacientes. "No puede haber ciudadanos de primera, segunda y tercera, dependiendo de dónde resida cada uno y no puede ser que, en mismo país, un sistema sanitario sea tan desigual", sentencia el presidente de este colectivo, Angel Cabrera, que recuerda, que existen también "grandes diferencias" entre provincias.

De otro lado, Fede afirma que las enfermedades cardiovasculares y renales son las principales patologías asociadas a la diabetes, por encima de las amputaciones no traumáticas y la ceguera. En este sentido, recalca Cabrera, las enfermedades cardiovasculares constituyen la "principal causa de muerte" asociada a la diabetes. De hecho, las personas con diabetes tipo 2 presentan hasta "cuatro veces más probabilidades" de sufrir un infarto de miocardio o un ictus que las personas que no tienen diabetes.

Así, un 45% de las hospitalizaciones por un infarto de miocardio presenta diabetes confirmada o diagnosticada anteriormente. Por su parte, "alrededor del 20%" de los diabéticos padece enfermedad renal, una relación bidireccional que hace que entre el 9 y el 10% de los pacientes renales desarrolle diabetes. Asimismo, la diabetes se asocia a otras patologías y es la primera causa prevenible de ceguera en adultos, la primera causa de amputaciones no traumáticas y la cuarta causa de muerte prematura en mujeres y la octava en hombres.

Esta situación se debe en gran medida a que el paciente diabético "no está diagnosticado adecuadamente", ya que "no sólo necesita que se le recete tratamiento y se le aconseje practicar ejercicio físico, sino que se le haga consciente de la gravedad de su enfermedad".

"Es difícil que, debido a la falta de tiempo por parte del profesional sanitario, el paciente salga con una sensación de gravedad", lo que, a su vez, "dificulta la adherencia al tratamiento" y acaba desencadenando la aparición de estas patologías asociadas. Por ello, desde Fede solicitan al Ministerio de Sanidad que se garantice la "formación reglada de los profesionales sanitarios" para asegurar una "adecuada información diabetogénica" de estos pacientes. Otro de los problemas es, en opinión de Cabrera, el infradiagnóstico. Esta patología afecta en el mundo a aproximadamente 285 millones de personas y, de ellas, "cerca del 50%" no sabe que la padece. En España esto se traduce en que "un millón y medio de diabéticos no está diagnosticado".

Un diagnóstico tardío de la patología provoca el desarrollo de estas complicaciones asociadas y viene determinado, como reivindica Cabrera, por la "paralización" de la Estrategia Nacional de Diabetes. "Lamentablemente el ministerio no está haciendo su labor de árbitro y muchas comunidades se van de rositas", denuncia. Esta falta de diagnóstico precoz "acorta la vida del propio paciente, repercute en su calidad de vida y aumenta además el gasto sanitario", prosigue Cabrera, quien sentencia asegurando que "tenemos una Sanidad de intervención, pero que hace falta una Sanidad de prevención".