España cuenta desde marzo del 2005 con un Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, un documento aprobado por el Ministerio del Interior con el único objetivo de combatir el terrorismo. Este plan establece tres niveles de alerta que se activan en función del riesgo que existe en cada momento. Así, el Nivel 1 se pone en marcha en épocas de bajo riesgo, mientras que el Nivel 2 obliga a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a extremar la vigilancia de los puntos más vulnerables y de mayor riesgo ante la posibilidad de que se produzcan atentados. Por último, el Nivel 3 es el de máximo riesgo. Extremadura está desde el pasado mes de abril en el Nivel 2.

La situación en la que se encuentra la región supone que los agentes deben realizar más controles de carretera, más medidas de autoprotección y más medidas de vigilancia en puntos como las instalaciones de telecomunicaciones, los grandes nudos de transporte y los principales centros de abastecimiento, tanto energético como de agua. Esto incluye el oleoducto entre Mérida y Puertollano, el aeropuerto de Talavera la Real, los grandes embalses de la región, las estaciones de tren y autobús y la central Nuclear de Almaraz.

Pero la planta energética fue asaltada ayer sin problemas por miembros de Greenpeace, lo que pone en entredicho las medidas de seguridad activadas para este tipo de instalaciones en la región y, según los ecologistas, en todo el país.

En el caso extremeño, los responsables de los destacamentos de la Guardia Civil en la región recibieron el sábado 14 de abril un escrito procedente del Estado Mayor de Operaciones de la Guardia Civil. En ese documento se les recordaba que estaba activado el Nivel 2 del Plan de Protección Antiterrorista, al tiempo que se les ordenaba que extremaran el cumplimiento de las medidas incluidas en dicho plan.

El Cuerpo Nacional de Policía en Extremadura también extremó las precauciones en la región los primeros meses del año. Las medidas no se quedaron ahí. El plan de prevención puesto en marcha por el Ministerio del Interior obligó a los funcionarios policiales en Extremadura a asistir a unos cursos formativos que comenzaron en abril y que son impartidos por especialistas de la Brigada de Información y de los Tedax --los expertos en explosivos--. Estaba previsto que los cursos finalizaran antes del verano.

La finalidad de estos programas formativos es que los agentes extremeños actualicen la información sobre el terrorismo con la que trabajan actualmente. El Ministerio del Interior persigue que los policías conozcan con detalle el perfil de los terroristas, la forma en la que suelen actuar, los lugares en los que pueden desarrollar sus actividades, cómo se mueven, su infraestructura o la documentación que utilizan, entre otras cosas.

Pero ayer, un grupo de ecologistas consiguió acceder de todas las formas posibles a las inmediaciones de la central.