Extremadura y los extremeños tienen "su casa" en Portugal. Son palabras pronunciadas ayer por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, durante la inauguración de la Delegación de Extremadura en Lisboa, la segunda "y última" oficina que la región va a tener fuera de las fronteras españolas (tiene otra en Bruselas), y que se asienta sobre un edificio de tres plantas y jardín ubicado en el número 10 de la Avenida Vasco da Gama de la capital lusa, comprado a la empresa Tragsa y en el que la Junta ha invertido en torno a los dos millones de euros. Con este nuevo inmueble "somos una región de interior con vistas al mar" (desde el edificio se divisa el agua), indicó, mientras insistió en que es una prueba más del impulso de las relaciones entre Extremadura y el país vecino. No en vano, es la única región española con una delegación de este tipo en Portugal. "Portugal es nuestro hecho diferencial; no tenemos mar, ni estaciones de esquí, ni otra lengua, pero sí tenemos a Portugal", argumentó.

Pero ese compromiso traspasa las paredes de esta casa y afecta a la propia ideosincrasia de ambos países. Así, la próxima ley de educación de extremadura difundirá el portugués como segundo idioma extranjero, una apuesta refrendada por el embajador de España en Portugal, Alberto Navarro, que aseguró que dentro de quince años "más de 360 millones de personas hablarán portugués", y avaló el esfuerzo de Extremadura por vincularse a Portugal. Tal es así, comentó, que "ha sido pionera en muchas cosas en España y es la mejor imagen de España que han tenido los portugueses".

Fernández Vara matizó que estas instalaciones no sólo están a disposición de la Administración autonómica, sino que están abiertas a los diferentes agentes económicos, sociales y culturales extremeños para desarrollar sus actividades en Portugal.

En este sentido, el ministro portugués de Ambiente, Francisco Nunes, felicitó al Gobierno extremeño por esta delegación abierta, "que será una verdadera casa de Extremadura en Portugal y refrendará las compromisos de España y Portugal".

Servicios

A su vez, las instituciones, las empresas y los ciudadanos portugueses tienen a su servicio un punto de información y de encuentro con Extremadura en la capital lusa. En definitiva, esta especie de Casa de Extremadura en Lisboa quiere ser un instrumento más para el fomento del diálogo, del conocimiento mutuo, de la cultura, de los intercambios comerciales y de la inversión empresarial en ambos sentidos.

Esta delegación, que está dirigida por Teresa Rainha, que también dirige la de Bruselas, está en un paraje privilegiado de la capital lusa, junto a la embajada de Egipto y frente a la de Polonia, muy cerca del puerto lisboeta. Además de servir para promocionar el turismo y la cultura extremeña, esta sede también facilitará operaciones a la empresa pública de turismo TurExtremadura, a Fomento de Mercados y a Sofiex, así como para el uso de los corresponsales de RTVE y de Canal Extremadura.

No conviene olvidar que Extremadura y Portugal tienen algo más de 400 kilómetros de frontera, aunque a esta casa también están invitados andaluces, castellanoleoneses y gallegos, vecinos a su vez de este país.

Además de las autoridades ya reseñadas, al acto de inauguración asistieron también el presidente de la Asamblea de Extremadura, Juan Ramón Ferreira; la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago; el expresidente de la Junta Juan Carlos Rodríguez Ibarra; los presidente de las diputaciones provinciales de Cáceres y Badajoz, Juan Andrés Tovar y Valentín Cortés, respectivamente; el secretario regional de CCOO, Julián Carretero; el exsecretario regional de UGT, Miguel Bernal, y personalidades de la política, la empresa, la banca y la sociedad extremeña.