La ley antitabaco no se está cumpliendo en Extremadura. Esta es, al menos, la percepción que tienen los extremeños de la situación, según refleja el Barómetro Sanitario 2006 .

Y es que algo más de la mitad de la población asegura que en la comunidad autónoma los fumadores no respetan los términos que establece esta normativa, que entró en vigor el 1 de enero del 2006 y que prohíbe fumar en los lugares de trabajo, recintos públicos, y bares y restaurantes (según sus dimensiones), entre otras medidas.

Mientras, uno de cada tres encuestados señala que los adictos a la nicotina llevan bien las medidas restrictivas que ha traído consigo la norma y respetan las limitaciones establecidas en la misma.

Pese al descontento generalizado por la falta de cumplimiento de la normativa, en la comunidad autónoma no hay unanimidad a la hora de decidir si es necesario endurecer los términos de esta ley, lo cual no contempla el decreto que entrará en vigor en 20 días y cuyo contenido dio a conocer ayer este periódico.

MEDIDAS MAS DURAS Los datos incluidos en el Barómetro Sanitario apuntan a una clara división en este aspecto. Así, los que exigen al Gobierno medidas más duras contra los fumadores, el 44,7%, suponen casi el mismo porcentaje de extremeños, el 44,3%, que ve poco o nada necesario el endurecimiento de la norma antitabáquica.

En lo que sí parece haber una coincidencia clara es en los efectos de la ley. En esta línea, y a pesar de reconocer que no se está cumpliendo la norma en todos sus términos, prácticamente siete de cada diez encuestados tienen claro que en estos momentos los que no fuman sufren menos agresiones en el ambiente que antes de que entrara en vigor esta ley, hace cerca de 15 meses.

Pero no solo en este punto están de acuerdo los encuestados en la región por el Ministerio de Sanidad. Los extremeños --padres y abuelos-- también coinciden en mostrar su preocupación en todo lo referido al elevado consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes.

En general, opinan que los adolescentes beben y que lo hacen de forma habitual en grandes cantidades. La unanimidad en este punto es casi total: el 94,7% de los extremeños asegura que los más jóvenes se exceden con la bebida.

Asimismo, se sienten responsables de la educación con respecto a esta cuestión. El 59,3% de los padres y los abuelos extremeños considera que se siente capaz de influir en sus hijos para que no beban, o al menos para que no lo hagan en exceso. Por el contrario, el 32,7%, se ve incapaz de evitar que sus hijos se emborrachen.

CLARA CONTRADICCION Pero la tercera de las preguntas planteadas por el Barómetro Sanitario en esta misma línea revela una gran contradicción. Los mismos adultos que coinciden en que la mayoría de los jóvenes extremeños beben y lo hacen en exceso, consideran que no son sus hijos o nietos los que lo hacen, sino los de los demás. De esta forma, apenas el 0,7% de la población afirma que los jóvenes de su familia se exceden con el consumo de alcohol. El resto está poco o nada de acuerdo con esa afirmación.

Con esta ronda de preguntas el Ministerio de Sanidad y Consumo se planteaba tantear a los padres sobre si conocen los hábitos de sus hijos y recabar opiniones sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes al mismo tiempo que se estaba tramitando la fallida y polémica Ley de prevención del consumo de alcohol, más conocida después como la ley del vino.

A pesar de que esta norma fue paralizada por la fuerte oposición que encontró en determinados sectores políticos y económicos --en Extremadura incluso se formó un frente común en su contra-- lo cierto es que la mayor parte de los ciudadanos aboga por impulsar medidas restrictivas en este sentido.

Entre los extremeños, el 61% cree que habría que imponer sanciones para evitar que este tipo de conductas se repita cada fin de semana en toda la geografía extremeña, por un 26,7% que opina que está poco o nada de acuerdo con la adopción de este tipo de medidas.

Lo único cierto es que, más allá de opiniones y percepciones, según los últimos datos que maneja el Ministerio de Sanidad los jóvenes empiezan a beber alcohol ya a los 13 años y el 65% de los adolescentes españoles de 18 años se emborracha todos los fines de semana.