La primera fábrica extremeña de biocarburantes empezará a producir dentro de diez meses, según ha podido saber EL PERIODICO, una vez que las obras de construcción de la planta, que se ubica en la localidad de Valdetorres, ya se han iniciado.

Paralelamente a la obra civil, los promotores de la factoría han encargado la construcción de la maquinaria necesaria para producir biodiesel --sustitutivo del gasóleo-- a partir de girasol.

Además, y tras la ampliación de capital de la firma promotora Bioenergética Extremeña 2020, la sociedad habría introducido en su accionariado capital extremeño vinculado a uno de los miembros de la familia Hinojosa, antigua propietaria de Cortefiel, si bien el director general de la compañía, Josep Coll, declinó confirmar este extremo, remitiéndose a la presentación oficial de la factoría que tendrá lugar en enero. En principio, la planta contará con una inversión de 16 millones de euros, de los que dos millones son subvenciones de incentivos regionales aprobados por el Ministerio de Economía en el 2004. La mayor parte de la inversión (12,6 millones) corresponde a la maquinaria.

60.000 TONELADAS En esta primera fase la producción anual de biocombustible será de 60.000 toneladas, para lo que se utilizarán unas 145.000 toneladas de semillas de girasol. Además, se obtendrán subproductos como tortas de harina para alimentación del ganado, glicerina que puede ser utilizada con fines farmacéuticos y abonos de potasio. Estas instalaciones ocuparán de inicio unas cuatro hectáreas del paraje conocido como El Egido, aunque disponen de otras seis hectáreas para ampliar la actividad.

La creación de empleo directo se sitúa en 72 puestos de trabajo. En cuanto al indirecto, los promotores indican que la cuantificación es muy difícil, ya que habría que contabilizar tanto el número de agricultores que se acogiesen a los contratos para producir girasol para esta planta --pudiendo de este modo cobrar la retirada de tierras de la PAC y beneficiándose de contratos a largo plazo con la compra de su producción garantizada-- como las personas que trabajen en el procesado de los subproductos en industrias auxiliares.

En la segunda fase, la inversión será de siete millones de euros, lo que permitiría elevar la producción hasta las 250.000 toneladas anuales de biodiesel, utilizando alrededor de 600.000 toneladas de semillas, según consta en la declaración de impacto ambiental aprobada en junio pasado por la Junta.

El combustible obtenido, aunque puede ser utilizado directamente, se comercializaría mezclado con el gasóleo convencional (70% de gasóleo y 30% de biodiesel).

La ventaja de este biocaburante --al margen de su casi nulo contenido en emisiones contaminantes-- se deriva del hecho de que está exento de los impuestos especiales según una directiva de la UE, lo que compensa de sobra el mayor coste de producción. Además, el precio no estaría sometido a vaivenes de mercado en terceros países.