Familiares de los cuatro fallecidos y de los hospitalizados por el brote de salmonela de Jarandilla han anunciado su intención de denunciar administrativa y judicialmente a la residencia de ancianos si se confirma que hubo negligencia en la manipulación de los alimentos que provocaron la intoxicación múltiple.

El estado de ánimo de los familiares de los afectados, muchos de ellos concentrados a las puertas del centro Nuestra Señora de Sopetrán y del tanatorio de Jaraíz, estaba ayer por los suelos.

Algunos de ellos declararon a este periódico que la información facilitada por la dirección del centro había dejado mucho que desear. Otros, en cambio, la calificaron de muy correcta y amable en todo momento.

Gregoria, que tiene a su abuela de 96 años y a su tío de 73, en estado de coma en el Hospital Comarcal Campo Arañuelo, de Navalmoral de la Mata, manifestó a este diario que su sensación es que "no se van a salvar". Sobre la exigencia de responsabilidades a la residencia, adelantó a las puertas del tanatorio jaraiceño que "en cuanto pasen estos días" habrá una demanda judicial "a quien corresponda".

DOLOR En términos parecidos se expresó un joven que esperaba en las inmediaciones de la residencia de la tercera edad de Jarandilla: "Si a mí abuelo le pasa algo, esto no va a quedar así".

El origen y los síntomas de las dolencias también ocuparon un lugar destacado en las conversaciones de los reunidos. Unos aseguraban que se ha debido a un postre casero en mal estado. Otros manifestaban muchas dudas: "Aquí lo único que tenemos claro es que los primeros casos de diarreas se produjeron hace 10 u 11 días, y hasta el momento son varias las personas fallecidas y otro número indeterminado están en coma irreversible".

Angel, que tiene a un tío afectado, repitió una y mil veces que su familiar "se puso enfermo el día 9, por lo que mañana martes hará dos semanas". Su tío es de los que se encuentra bastante mejorado, aunque anoche era trasladado al hospital de Navalmoral porque se encontraba con síntomas de deshidratación.

La llegada de la noche y el frío reinante se fueron apoderando del ambiente en La Vera, una vez que los sepelios se habían celebrado en Cuacos de Yuste, Jarandilla de la Vera, Navalmoral de la Mata y Jaraíz.