"El príncipe nos ha dicho que no podía firmarnos autógrafos porque éramos muchos", contaba una alumna del colegio Nuestra Señora de Bótoa después de que Felipe y Letizia se acercaran a saludar a los cerca de 90 alumnos de este centro que esperaban su salida del Palacio de Congresos, tras inaugurar el encuentro de jóvenes empresarios. Muchos de ellos parapetados en las vallas como auténticos fans, con libretas y bolígrafos, esperaban para llevarse la firma de los príncipes de recuerdo como si se tratase de estrellas de cine.

Los escolares entendieron la explicación de Felipe y de lejos de contrariarse estaban encantados de haberlos conocido en persona. "A mí Letizia me ha dado un beso", presumía una alumna. "Y a mi el príncipe me ha dicho que me quite el jersey porque hacía mucho calor", replicaba otro.

Los príncipes agradecieron a los niños su presencia, les preguntaron por sus clases y les pidieron que fueran "buenos y estudiosos". A su llegada, ya habían dedicado unos minutos a saludar y charlar con otros 80 alumnos de este mismo centro que esperaban impacientes y emocionados en las escalinatas de la muralla. "Me han tocado los dos, qué guay", contaba un niño a sus compañeros. También se interesaron por sus estudios. "Nos han dicho que nos portemos bien en el cole", decían.

Aunque los niños se llevaron gran parte de la atención de los príncipes, Felipe y Letizia, saludaron y estrecharon la mano a decenas de pacenses que, bajo un sol de justicia, esperaron para mostrarles su cariño. El público coreaba sus nombres y les lanzaba piropos para llamar su atención.

Cuando pasaban, sus atuendos, la delgadez de la princesa o la barba del príncipe centraban los comentarios. "Ella está más guapa que en la tele", opinaba María Dolores. "Y él está mejor sin barba", añadía su marido José.

Entre quienes aguardaban a los príncipes se encontraban María Dolores y su hijo Iván. Traían consigo la fotografía que se hicieron con Letizia durante su visita a Mérida en noviembre del año pasado para que se la firmase. La instantánea la captó el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que ayer volvió a ejercer de fotógrafo para retratar este nuevo encuentro. Aunque la princesa les pidió que diesen a su guardaespaldas la dirección para devolverles la imagen firmada, insistieron. Letizia, amablemente, accedió antes de proseguir saludando al público.

A otros, la visita real les hizo aplazar otros asuntos personales. Mariana se dirigía al centro de salud cuando se topó con el gran despliegue policial en Ronda del Pilar. "Sabía que venía el príncipe, pero no cuándo y me he quedado un ratito", contaba mirando el reloj.

A pesar de ser día y hora laborable, cientos de personas se congregaron en el entorno. El tráfico solo se cortó en el momento de la llegada y partida de los príncipes. La anécdota fue que minutos antes de la marcha de la comitiva, un vehículo se averió a pocos metros y varios guardias civiles tuvieron que empujarlo para despejar la vía.

Antes de abandonar el palacio, Letizia dedicó unos minutos a los miembros de la Fundación Magdalena Moriche, por cuyos proyectos se interesó. Ellos le regalaron una camiseta hecha por los alumnos de su centro ocupacional.