La presunta estafa de las pirámides financieras no es más que el resultado de la captación de una serie de socios-clientes que aportan una cantidad de dinero para hacer negocio rápido.

Los participantes en la cadena se comprometen a encontrar a otras personas dispuestas a entrar en el negocio en las mismas condiciones, que a su vez deben implicar a nuevos inversionistas, y así sucesivamente. A mayor cantidad invertida por parte de los socios reclutados, mayores beneficios obtienen los faraones que están en los escalafones altos de la pirámide financiera.

Este modelo posibilita la puesta en circulación de cantidades elevadas de dinero que van de mano en mano sin un control de la Administración tributaria. Una actividad que posibilita también la entrada en el mercado de dinero negro que genera un movimiento económico que no deja beneficios en las arcas públicas, al no haber forma de fiscalizar las transacciones. Los pagos se realizan de forma individualizada y eso posibilita que ninguno de los eslabones de la cadena estén sujeto a tributación.

VARIOS MODELOS

Este tipo de montajes tienen varias denominaciones. Habitualmente reciben el nombre de esquema de Ponzi , en honor a Charles Ponzi, quien consiguió hacer funcionar uno de estos trucos con la intención de forrarse. Lo puso en marcha en 1919 y empleando el correo convencional.

En Portugal, por ejemplo, este tipo de timos es conocido por el negocio de Doña Branca , en relación con una actividad fraudulenta protagonizada por María Branca dos Santos en el año 1984.

Las pirámides financieras han sido cuestionadas en medio mundo, aunque para muchos no perjudican a nadie si se desarrollan de manera limpia y transparente. El problema nace cuando se detecta negocios fraudulentos en estos esquemas piramidales, concebidas con el objetivo de vaciar los bolsillos a algunas personas.

El peor fraude que se recuerda de este tipo tuvo lugar a mediados de los 90, cuando algunos bancos albaneses instauraron un sistema de inversión sin respaldo y parcialmente basados en las pirámides clásicas que empobrecieron, aún más, a miles de ciudadanos de este país mediterráneo.

ANTECEDENTE EXTREMEÑO

Extremadura también tiene antecedentes de negocios de este tipo. Una denuncia del diario Expresso sobre un presunto fraude cometido por un grupo de industriales en Portugal, permitió a EL PERIODICO EXTREMADURA destapar, en 1999, la oferta de dinero fácil que ofrecía un grupo de empresarios lusos. Habían fijado su sede de operaciones en el hotel Confortel, en Badajoz. Desde allí publicitaban la posibilidad de participar en un club de inversores al que ya se habían sumado más de 200 personas procedentes de Elvas, Castelo Branco y Lisboa, quienes defendían la legalidad de esta actividad encubierta como negocios relacionados con el mundo del márketing.

El caso fue denunciado por uno de los industriales de Castelo Branco que habían sido invitados a participar en la cadena financiera. A los potenciales colaboradores se les prometían importantes beneficios a raiz de desembolsar una cantidad y conseguir nuevos socios, quienes iban formando la cadena de nuevas aportaciones económicas.

La denuncia de este diario posibilitó la intervención de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que abrió investigación sobre los encuentros que, semanalmente y durante varios meses, habían venido manteniendo estos empresarios en la capital pacense. Desde la publicación de la información, el club de inversores dejó de operar en tierras extremeñas