Medicamentos de gran consumo --como son los antigripales en esta época-- o exclusivos --difíciles de sustituir por uno de otra marca--, dejan de estar disponibles en las farmacias extremeñas durante periodos que oscilan entre 12 horas y varios días. Así lo confirman los farmacéuticos extremeños consultados ayer por este diario, que hablan de "faltas esporádicas" o "desabastecimiento puntual" de algunas medicinas.

En este sentido Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, explica que "la situación no es alarmante, pero sí que se producen carencias puntuales de ciertos fármacos". Por tanto, confirma la existencia del problema, si bien considera que no hay ningún peligro para la salud de los extremeños.

En cuanto a las causas de esta situación, el responsable pacense dibuja un panorama complejo, en el que fabricantes y distribuidores se culpan mutuamente del problema. En todo caso, Venegas cree que la situación, al menos en Extremadura, no es por ahora alarmante. "Normalmente, los distribuidores solucionan pronto la carencia y, si no, el farmacéutico puede sustituir el medicamento por otro similar", comenta.

La carencia, pese a todo, impide el acceso continuado a los fármacos y perjudica al paciente, el médico, la Administración y la industria. El paciente tiene problemas para continuar el tratamiento. El facultativo desconfía del laboratorio y tiene que cambiar la prescripción, la Administración ve deteriorada su imagen como responsable de la gestión sanitaria y la industria sufre perjuicios económicos.

Farmaindustria, la sociedad que representa a las grandes empresas de medicamentos, sostiene que el desabastecimiento de fármacos tiene un culpable: el comercio paralelo. Los medicamentos son desviados a países donde el precio es mucho más alto con el consiguiente beneficio económico. El mercado interno, en este caso el español, queda desabastecido.

La industria farmacéutica estima que el comercio paralelo representa en la Unión Europea unos 5.000 millones de euros anuales. España, después de Grecia, es uno de los países que ha hecho de la exportación de los fármacos su seña de identidad. La industria afirma que la carencia de medicamentos persiste pese a que los laboratorios han incrementado hasta un 30% la producción para evitar estos problemas. Farmaindustria señala también que la dirección general de Farmacia ha venido aceptando esta situación sin tomar cartas en el asunto hasta hace poco.

Farmaindustria ha realizado este mismo año un estudio en 1.100 farmacias de todo el país, incluida Extremadura, que confirma el desabastecimiento de medicamentos. El 68% de las farmacias manifiestan retrasos o carencias permanentes en los pedidos y el 66% detectan carencias de suministros durante tres días o más. Los farmacéuticos citan, entre los medicamentos que faltan más de tres días, marcas como Cozaar, Spiriva, Prevencor, Bactroban, Pulmicort, Terbasmin o Clexane. Algunos de estos productos se nombran de nuevo cuando se pregunta a los farmacéuticos qué medicamentos han faltado más en el último mes. Otro tanto ocurre cuando se indaga acerca del número medio de días de carencia. Así, Cozaar falta una media de 17 días; Zyprexa, 11; Singulair, 10 y Stilnox, hasta 12.

El mismo informe se interesó por las razones del desabastecimiento. Un 49% de los farmacéuticos lo atribuyen al comercio paralelo, esto es, a la venta a países extranjeros con precios más caros. Un 35% apuntan a la restricción del suministro por intereses de los laboratorios y un 25% de los profesionales argumentan falta de existencias por problemas de fabricación. A la luz de estos datos, la industria farmacéutica asegura haber aumentado la producción de algunos de los medicamentos en torno a un 20% sin haber conseguido solventar el problema, por lo que atribuye las carencias únicamente a los efectos del comercio paralelo. Los fabricantes aducen que el coste de los productos en España, un 50% inferior a la media europea, favorece que se produzca este fenómeno.

La Consejería de Sanidad y Consumo, por su parte, resta importancia al problema. Así, Dámaso Villa, director general de Asistencia Sanitaria del SES, califica como "mínimo" el problema. Aunque confirma la existencia de ciertos retrasos a la hora de acceder a algunos medicamentos, Villa cree que son poco significativos. Como prueba de ello, resalta que de los más de 21 millones de recetas que se prescriben cada año en Extremadura, las dificultades para encontrar un fármaco apenas generan dos o tres quejas mensuales.