El ministro de Defensa, Federico Trillo, pidió anoche "a todos los ciudadanos de buena voluntad la máxima solidaridad" con los siete miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que murieron en el atentado de Zuwaira y con sus compañeros. Con gesto serio y corbata negra, Trillo compareció ante los medios informativos seis horas después del suceso, dio una genérica información de los hechos y, poco después, viajó a Bagdad acompañado del director del CNI, Jorge Dezcallar, para repatriar los cadáveres.

El ministro sólo aportó la identidad del superviviente: José Manuel Sánchez Riera. Dijo que cuatro de los fallecidos iban a retornar a España próximamente y estaban siendo relevados por los otros cuatro. Cuando sufrieron el atentado se dirigían a realizar algún contacto en el sur de la capital iraquí.

Los agentes almorzaron en Bagdad y se dirigían en dos coches civiles a una zona de interés para el servicio. Trillo no concretó si los vehículos llevaban algún distintivo que permitiera a los agresores identificarles. Les atacaron con lanzagranadas RPG y, probablemente, con fusiles kalashnikov en una zona bajo responsabilidad de EEUU, según subrayó el ministro.

Marines de la Tercera División del Ejército de EEUU rescataron los cuerpos y los evacuaron al tanatorio habilitado en las proximidades del aeropuerto bagdadí. El superviviente Sánchez Riera no fue alcanzado por las balas ni la metralla. "Tiene golpes y magulladuras", dijo Trillo. Fue llevado a un centro clínico y es muy probable que regrese a España en el avión del ministro.

El titular de Defensa definió a los fallecidos como "servidores del Estado que trabajan por la paz y la seguridad de Irak" y transmitió su pésame a las familias. No dudó en calificar la agresión de "acto terrorista", sin detenerse en si los atacantes pueden pertenecer al antiguo Ejército de Sadam o a la Muhabarat, policía secreta del régimen.

Antes de comparecer ante los informadores, el ministro informó de las bajas a los líderes del PP, Mariano Rajoy; del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y de IU, Gaspar Llamazares. Este último pidió su dimisión.