Los compromisos reales acaban pasando factura. Felipe y Letizia lo comprobarán esta semana, en pleno viaje de novios. La primera parte de esa etapa será interrumpida por la asistencia a otra boda real. El jueves se casa en Ammán el príncipe heredero de Jordania, Hamzeh, y está previsto que asista la familia real española.

Los Príncipes de Asturias viajarán después a Roma para ser recibidos por el Papa, según los usos y costumbres de la Casa Real. Durante su estancia en Italia, la pareja residirá con toda probabilidad en el palacio Ruspoli. No se descarta que los recién casados crucen el Atlántico y visiten México, entre otros países latinoamericanos.

DETALLES Cuando comienzan a amortiguarse los ecos de la boda, en el balance siempre surgen cuestiones que hubieran merecido otro tratamiento. Es lo que ha ocurrido con el lugar elegido para la foto de familia, realizada en el Salón de Columnas del Palacio Real. La escultura que estaba a las espaldas de los fotografiados representa a un agresivo Carlos V, que aprisiona entre sus piernas a un moro encadenado.

Entre algunos elegidos, los miembros de la familia real griega, con Constantino y Ana María a la cabeza, acudieron el sábado por la noche a una cena informal servida en la Zarzuela. El refrigerio reunió a más de un centenar de personas que, por lazos familiares o por amistad, se encuentran muy próximos a las familias Borbón y Grecia.

De esa proximidad con las personas de mayor confianza, disfrutaron los novios el sábado por la tarde tras el banquete. Una vez que hubieron despedido a los invitados de más compromiso, charlaron con unos 500 convidados. Entre otros, aquellos amigos que han hecho durante su vida, así como un nutrido grupo de periodistas, compañeros de Letizia o profesionales que ambos admiran por su forma de ejercer el periodismo.