NACIO EN EL MUNICIPIO DE LA PESGA HACE 50 AÑOS

ESTADO CIVIL CASADO. TIENE TRES HIJAS

EJERCE LA MEDICINA EN EL CENTRO DE SALUD MANUEL ENCINAS DE CACERES. HA SIDO MEDICO EN EL GORDO, PUEBLA DE LA CALZADA, GARGANTILLA Y CASAS DEL MONTE

El amor por la medicina rural ha llevado al doctor cacereño Fernando Pérez Escanilla a realizar uno de los pocos trabajos internacionales que existen en este campo. Dentro de poco presentará un estudio a nivel nacional.

--¿Era necesario un estudio sobre la salud del medio rural?

--Soy hijo de médico rural y he sido médico rural durante muchos años, por lo que conozco el trabajo en este ámbito. Notaba que había que hacer este estudio porque no había nada que reflejara todo este trabajo, revisé más de un millar de referencias bibliográficas y descubrí que no existía nada a nivel nacional y lo que había a nivel internacional era muy poco.

--¿Cuáles han sido los cambios más significativos de los últimos años en la sanidad rural y qué carencias existen en la actualidad?

--Desde hace 15 años para acá ha habido mejoras. Ha mejorado en general la atención sanitaria, pero hay carencias en la salud comunitaria, se necesitan programas específicos.

--¿Y cómo se encuentra la sanidad rural extremeña en comparación con la de otras zonas?

--Es cierto que hay que mejorar todo lo que sea susceptible de mejora, pero actualmente la atención sanitaria rural en Extremadura es de las mejores del mundo. Extremadura, España, han tenido muy buenos médicos rurales y el desarrollo posterior de la medicina ha incrementado el nivel de salud. En el estudio se destaca también que el nivel de salud de las zonas rurales extremeñas es equivalente al de las zonas urbanas.

--También incide la tesis en la necesidad de mejorar la asistencia a urgencias graves...

--Sí, en las urgencias que requieren tratamientos especiales, como los accidentes laborales o de tráfico. Hay que tener en cuenta que cualquiera de nosotros puede estar en esta situación, por ejemplo si se sale de viaje y se sufre un accidente cerca de uno de estos municipios. Es algo que nos afecta a todos y es mucho el tiempo que se puede tardar en atender una de estas urgencias. Existen algunas carencias en el maletín del médico de urgencias del entorno rural, además la dotación es escasa, pero aunque se mejore, deberían existir unidades de cuidados intensivos móviles equidistantes para poder reducir el tiempo.

--Advierte en su trabajo sobre la falta de educación alimentaria y el deficiente control de las aguas de abastecimiento.

--Esto es fundamental, las carencias que tienen estos pequeños municipios están en salud pública. Es necesario fomentar la educación alimentaria en la escuela. Curiosamente el cáncer tiene menor incidencia que en el entorno urbano, algo que no ocurre con el de estómago. Además, el abastecimiento de agua en muchos de estos pueblos es manual y no se puede seguir obteniendo el agua a golpe de jarro.

--¿Ha cambiado también la figura del médico de pueblo?

--El médico rural ha sufrido un gran cambio, los pueblos han perdido al humanista, aunque se sigue manteniendo esa relación estrecha con el paciente. Lo que se ha perdido por una parte se ha ganado en cualificación y eso beneficia a la población. Es cierto que ahora es más difícil mantener los vínculos que tenían antes los médicos con los habitantes de estos municipios, algo que generaba confianza en los pacientes, ya que no hay que olvidad que muchos de los problemas del enfermo tienen un trasfondo mental, pero se ha ganado en jornada laboral, capacidad formativa o accesibilidad a pruebas complementarias, algo que antes era muy complicado.

--¿Se suele visitar más al médico en estos municipios?

--Sí, la población rural acude más al médico que la de las ciudades, quizás por la confianza que tienen en él. Al médico le resulta más fácil controlar al paciente, ya que le conoce y en todo momento sabe dónde está, por el contrario, en el mundo urbano es difícil realizar un seguimiento del paciente y eso, hoy en día, es vital.