De familia de farmacéuticas y abogados dedicada también a otros menesteres, en la que la abuela ya hacía aceite en su molino, Fernando Sánchez fundó Cesma, una empresa familiar para cultivar 70.000 olivos en 400 hectáreas y revolucionar el mercado con sus productos. Ello ha sido posible porque no tienen "los atavismos" de esa cultura campesina en la que parece que cada cosa se hace un modo y solo un modo.

Cesma elabora aceitunas y aceites como productos delicatessen . Hace año y medio, tras dos de investigación con Ctaex, que comercializa un paté y una mermelada de aceituna que les ha colocado a la vanguardia en el sector. También una sal especiada y con pimentón de la Vera.

Además, desarrolla una línea de cosmética del aceite de oliva, de gran poder antioxidante. Fernando Sánchez es claro: "todo lo que se nos pasa por la cabeza, lo hacemos". Como una jornada del aceite de la luna llena, con diez variedades de aceitunas, en una mezcla de leyenda y sabiduría popular con el mejor fruto del olivo.