La finca de Monterrubio de la Serena cuyo propietario fue detenido por organizar cacerías de lobos, tigres y leones tenía una licencia genérica como coto intensivo de caza.

En este sentido, fuentes oficiales de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente han aclarado que, pese a lo afirmado en un primer momento desde este mismo departamento, la finca Los Lunares sí era un coto de caza y no sólo una granja cinegética. Sin embargo, para llevar a cabo cacerías de cualquier tipo tenía que comunicarlo previamente --en cada una de ellas-- a la Consejería, cosa que sus responsables nunca llegaron a hacer, según explicaron desde Agricultura. Es decir, que todas las cacerías que se llevaron a cabo en el interior de ese coto se desarrollaron de manera ilegal independientemente de los animales que fuesen abatidos.

Por otra parte, fuentes judiciales confirmaron a EL PERIODICO EXTREMADURA que ya han comenzado a prestar declaración en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Castuera los siete detenidos por la Guardia Civil durante la Operación Safari . Hay que recordar que desde el primer momento estas siete personas --el gestor cinegético Manuel D., su hijo, dos guardas, un matrimonio de Madrid y un cazador del que se sospecha que actuó como contacto -- se negaron a declarar ante los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Benemérita (Seprona). De momento no ha trascendido nada de lo que le han explicado al juez sobre su actuación.