Con concesionarios vacíos o semivacíos. Así se ha estrenado en Extremadura la nueva fiscalidad del automóvil que grava a los vehículos más contaminantes y bonifica a los que menos polucionen. El frenazo en el mercado ha pesado más en un sector que en la región donde la mayoría de coches que se venden están en el tramo bajo del nuevo impuesto.

Así, Roberto Marín (Renault) comentó que "la mayor parte de nuestros coches entran en el tramo bajo del impuesto, y quizá lo único que se note es que se opta algo más por los diesel". En todo caso, agregó que el ahorro más alto, es decir, el de aquellos automóviles que pasan de pagar el 7% a no soportar impuesto, no pasa de los 700 u 800 euros, lo que pesaría poco en la decisión final.

Por su parte, Lorenzo Oses (Misubishi-Mercedes) explicó que el año ha arrancado un "un parón casi total". Oses criticó además que se hayan previsto rebajas para determinado tipo de vehículos "y al mismo tiempo se elimine el Plan Prever, lo que es un contrasentido porque son los coches más antiguos los que más contaminan".

Finalmente, Julio Sanromán (Opel-Honda) incidió en que "las rebajas en el nuevo impuesto no se han notado en las ventas, y el año ha arrancado con una crisis tremenda". Según manifestó, en lo que va de año las ventas han sido muy escasas, "pese a que la mayoría de nuestros coches, por no decir todos, cuestan menos que antes, ya que entran en los más favorecidos por la reducción del impuesto".

Sanromán también aludió a la eliminación del Prever, que habría pesado más que las bonificaciones fiscales actuales, ya que los compradores han optado por adelantar sus adquisiciones a diciembre para coger la subvención.