No fallaron las quinielas. Carlos Floriano fue reelegido anoche presidente regional del Partido Popular en Extremadura con los votos del 71,74% de los compromisarios --un porcentaje más alto de lo que pensaban en un principio los integrantes de ambas candidaturas--. Por su parte, el que fuera delegado del Gobierno en Extremadura durante los 8 años de mandato de José María Aznar, Oscar Baselga, sólo consiguió el apoyo del 27,13% de los 457 representantes con derecho a voto que ayer asistieron al IX Congreso Regional del PP, que se celebró en Cáceres. El resultado final fue de 320 votos a favor de Floriano, 121 para Baselga, 5 abstenciones y 5 votos en blanco.

El cónclave fue un calco de la imagen de división que el partido ha mostrado en los últimos meses en la región, a pesar de que al final todos se empeñaron en ofrecer una imagen distinta a la que se reflejó durante toda la jornada --incluso los dos candidatos salieron juntos y abrazados a saludar a los compromisarios, pese a los enfrentamientos verbales mantenidos minutos antes en sus discursos--.

PASILLOS Y DESPACHOS El verdadero congreso se desarrolló en los pasillos y despachos del Complejo Cultural San Francisco, ya que la dirección nacional del PP presionó hasta minutos antes de la presentación de los avales de las candidaturas para lograr una lista de consenso. Juan Carlos Vera, secretario nacional de Política Autonómica, logró reunir a Baselga y Floriano durante el congreso, pero la negociación no fructificó a pesar de las reiteradas llamadas realizadas por Angel Acebes, secretario general del partido, para conseguir un proyecto de cohesión como se logró en Galicia y Madrid. Tal y como ocurriera durante esta semana, Génova volvió a fracasar.

La falta de entendimiento entre los presidenciables posibilitó la presentación de candidaturas al límite de cumplirse el plazo fijado por la Mesa del Congreso. Fuentes cercanas al exdelegado del Gobierno mostraban su insatisfacción con la falta de acuerdo, "a pesar de las facilidades dadas hasta el último momento". Curiosamente, el informe de gestión del partido fue aprobado sin votos en contra --en ese mismo momento las dos partes intentaban negociar un acuerdo--.

Las expectativas fueron grandes durante toda la jornada, ya que los resultados de las votaciones se convertirían en el reflejo del grado de división del partido. A diferencia del método empleado por los socialista, las listas de la ejecutiva que llevaban los candidatos al congreso popular ya estaban cerradas. De esta forma, en la misma jornada y con la misma votación sale elegido el presidente regional y todo su equipo, mientras que el sistema empleado por el PSOE elige en primer lugar al candidato y posteriormente a la ejecutiva, con lo que si las diferencias son muy abultadas se puede consensuar una lista que sirva para subsanar diferencias y cerrar las heridas.

Para Madrid, el objetivo era no nostrar un partido muy dividido, pero ni las negociaciones de Vera ni la insistencia de Acebes posibilitaron el acercamiento.

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