Un día después de que Francisco Alvarez-Cascos anunciase acciones judiciales contra la empresa remolcadora del Prestige por incumplimiento de contrato, una sociedad dependiente del Misterio de Fomento hacía público que esa misma compañía había resultado de nuevo ganadora de dos concursos para la prestación de servicios de salvamento y lucha contra la contaminación.

El importe de los dos contratos que se ha llevado la sociedad Remolcadores Nosa Terra, del grupo propietario de dos de los barcos de salvamento que participaron en el rescate fallido del petrolero, asciende a 1.673.000 euros (casi 280 millones de pesetas). Los barcos de la empresa que intervinieron en la crisis del Prestige fueron el Ría de Vigo y el Charuca Silveira.

Tras haber defendido en los primeros momentos de la crisis la profesionalidad del Ría de Vigo (es el remolcador español más potente que había participado en las tareas de rescate), Alvarez-Cascos señaló el pasado martes en el Congreso que esta embarcación "pudo incurrir en claro incumplimiento contractual", razón por la cual la Abogacía del Estado en La Coruña tenía el encargo de emprender "las acciones jurídicas procedentes".