Cáceres, 52 años Pamplona, 9 de mayo de 1978. Francisco viajaba en un todoterreno de la Guardia Civil cuando una bomba adosada a una farola hizo explosión al paso del vehículo. Lo único que recuerda es que el coche se llenó de humo y que le cayó encima el cadáver de su hermano, que también era Guardia Civil. Está convencido de que la única solución pasa por aplicar la pena de muerte a los terroristas con delito de sangre. "Como dijo hace mucho tiempo don Manuel Fraga, no hay mejor terrorista que el terrorista muerto". Además, tiene claro que "no se puede perdonar cuando ni siquiera han perdido perdón". Por otra parte, ve difícil que se alcance una solución dado el "ambiente criminal" que se detecta en el País Vasco.