Los incendios también han afectado a la vida diaria de los habitantes de los municipios afectados. Más de 3.000 vecinos de las localidades de Castañar de Ibor y Navalvillar de Ibor, así como los residentes en su entorno han permanecido sin luz más de veinte horas debido al mal estado en el que han quedado las líneas eléctricas, deterioradas por el fuego. A ello también se suman diversos problemas con el suministro del agua y con la telefonía móvil.

Efectivos de la guardia civil de Castañar de Ibor confirmaron a EL PERIODICO que desde las 23.00 horas de la noche del viernes tanto Castañar como Navalvillar estuvieron sin luz, hasta que en la tarde de ayer Iberdrola restableció el servicio instalando dos generadores de grandes dimensiones cerca del municipio.

El alcalde de Castañar de Ibor, Emiliano Ocampos, explicó que la empresa eléctrica cambiará las líneas a partir del lunes, ya que, según Iberdrola, las instalaciones de la zona se encuentran en pésimas condiciones a causa del incendio forestal.

Por otra parte, la ausencia de agua corriente en la zona se debió a que para su captación es necesario bombear el agua desde el río, uno de los dos puntos de toma, por lo que los problemas con el suministro eléctrico lo hacían imposible.

PEQUEÑOS FOCOS Los incendios están controlados, pero no extinguidos y en la mañana de ayer algunas llamas se reavivaron en parte de las zonas afectadas. Los habitantes de otro de uno de estos municipios, Cañamero, se encontraban ayer "desolados y preocupados", según comentó su alcalde, Carlos Bravo, "aunque realmente estamos un poco más tranquilos, ya que nos han confirmado que está todo bajo control" apuntó.

Según manifestó el edil a este diario, un nuevo frente se reavivó en la mañana de ayer en dirección a Valdecaballeros, pero fue rápidamente sofocado por los retenes. "Se desarrolló un nuevo foco, pero el 112 nos ha llamado para decirnos que desde las once de la mañana ya no hay ningún peligro".

El alcalde de Cañamero aseguró que en su término municipal las hectáreas arrasadas por las llamas se aproximan a 3.000. "Esta mañana el pueblo todavía estaba bajo una capa de humo" comentó Bravo.

En Guadalupe, a pesar de que el incendio está controlado desde la mañana del viernes, ayer todavía había retenes vigilando la zona. "La situación está bajo control pero aún hay retenes movilizados con el fin de enfriar los rescoldos y evitar que vuelvan a activarse nuevos focos", aseguraron desde la Guardia Civil de Trujillo, que cuenta con efectivos en el término de Guadalupe.

Por su parte, los agentes de Alía reconocieron que desde las seis de la mañana del sábado la situación de alerta había desaparecido y aseguraron que no era probable que aparecieran nuevos focos.