La ola de incendios que afecta desde el viernes a Extremadura sigue provocando situaciones dramáticas, ya que tres focos permanecen aún sin control, y ha obligado a la evacuación de más de 2.500 personas en distintos puntos de la región. El mayor problema lo constituye en este momento el fuego que asola las zonas de Valencia de Alcántara y La Codosera, que continúa sin control y con un frente de más de 17 kilómetros.

El agravamiento de la situación hizo que en la madrugada de ayer se activase el nivel 2 de alerta, y se constituyese un gabinete de crisis en el que Junta y Delegación del Gobierno coordinan sus actuaciones, encabezado por el presidente del Ejecutivo regional y en el que participan la propia Delegación del Gobierno, diputaciones, cinco consejerías, la Guardia Civil, el Ejército, Cruz Roja y Protección Civil.

La evolución de los incendios, que obligaba en la tarde del sábado a evacuar a 80 personas en el balneario de Fuentes del Trampal, provocó horas después la salida de 300 vecinos de la localidad de Grimaldo, cercana a Mirabel, donde el fuego afectó a varias viviendas, y de más de 2.000 en los distintos poblados y pedanías de La Codosera y Valencia de Alcántara, la mayor parte de los cuales fueron alojados en esta última localidad.

MOVILIZACION DE EFECTIVOS

Según el informe facilitado a última hora de la tarde de ayer por Rodríguez Ibarra, lo peor está en la zona de Valencia y San Vicente de Alcántara, donde ha sido imposible contener las llamas, ayudadas por el intenso calor y por la fuerza y variabilidad del viento, que sopla alternativamente del sur y del oeste.

Además, el presidente de la Junta explicó que la cercanía de los incendios que arrasan desde hace días la zona vecina de Portalegre, en Portugal, están contribuyendo a dificultar las tareas de control, ya que nuevos focos están apareciendo a través de la frontera. Este fuego, además, ha incomunicado a Valencia de Alcántara con Portugal, puesto que las llamas han obligado a cortar la N-521 y las vías del tren han quedado muy dañadas en algunos tramos.

Respecto al que afecta a La Codosera, Ibarra declaró que también está fuera de control, si bien no se prevén, de momento, nuevas evacuaciones.

Otro tanto ocurre en los declarados en Carmonita y Grimaldo, que el presidente de la Junta calificó como "incendios semicontrolados", ya que, según señaló, son frenados momentáneamente pero luego el viento los reaviva y vuelven a cobrar fuerza.

Además, hay en la región en este momento, al menos, otros 18 focos, si bien ninguno plantea, en principio, tantos problemas.

Rodríguez Ibarra explicó que el gabinete de crisis decidió en su primera reunión movilizar todos los efectivos disponibles, así como requerir el apoyo del Gobierno central y de las comunidades vecinas.

El presidente de la Junta destacó la colaboración prestada por todas las instituciones con las que se contactó, así como por particulares que facilitaron máquinas pesadas para realizar cortafuegos y autobuses para realizar posibles evacuaciones.

De este modo, como medios aéreos, se cuenta para combatir el fuego con nueve helicópteros, cinco hidroaviones, un avión de carga de agua en tierra y otro de coordinación de vuelos, para dirigir el tránsito del resto de aeronaves.

En tierra, se cuenta con los cien vehículos del Infoex, así como todos los de los parques provinciales de bomberos, y los retenes del propio plan contraincendios y del Sepei, apoyados por un centenar de soldados de la base militar de Botoa. A todo ello hay que añadir 18 máquinas tipo bulldozer aportadas por particulares y un centenar de autobuses.

Pese a este despliegue, la situación anoche continuaba siendo caótica. Rodríguez Ibarra reconoció que, más que controlar los incendios, se trataba por ahora de "orientarlos" con cortafuegos hacia lugares donde hiciesen el menor daño posible.

Además, señaló que la previsión meteorológica para hoy vuelve a anunciar temperaturas muy altas, por lo que cifró su esperanza en que, "al menos, se calme el viento".