El funeral por Claudia, la vecina de Arroyo de la Luz de 59 años fallecida este miércoles por coronavirus, deberá celebrarse «en la más estricta intimidad» por decisión de la policía sanitaria mortuoria, de modo que solo podrán asistir sus familiares y personas muy allegadas. «Lamentamos profundamente» tener que adoptar esta medida, ha afirmado este jueves el consejero de Sanidad y Política Sociales, José María Vergeles, según recoge la Agencia Efe.

Vergeles ha justificado esta decisión en los antecedentes del País Vasco y La Rioja, donde los casos «derivan de un mismo brote que se produce en un funeral». Ha explicado que la víctima era una persona activa socialmente y «muy querida» en la localidad cacereña, por lo que se ha determinado restringir la asistencia al funeral solo a su familia y las personas «más cercanas. No es porque el cadáver transmita el coronavirus», sino para evitar aglomeraciones «donde tenemos un foco importante», ha aclarado en rueda de prensa el consejero tras trasladar sus condolencias a la familia, que ha entendido la decisión, «gesto que le honra».

Según ha indicado Vergeles, «se le pueden mostrar todos los gestos de respeto, de dolor, a la familia de otra forma que no es asistiendo de forma masiva al funeral o al tanatorio». Asimismo, a preguntas de los periodistas, ha aclarado que esta mujer, como está pasando con los casos graves y hospitalizados, presentaba factores de riesgo cardiovascular «muy graves» que han hecho que un proceso respiratorio de esta naturaleza haya sido «una enfermedad más añadida».

Las declaraciones de Vergeles se producían momentos antes de que el Ayuntamiento de Arroyo de la Luz emitiera un comunicado en el que admitía «un foco de cierta importancia» en el pueblo, con siete casos confirmados de positivo, con síntomas leves y aislamiento domiciliario. «Los mismos están en buen estado y están siendo atendidos por profesionales sanitarios».

El consistorio recordó que todos los casos están relacionados con el viaje en autobús que hace unas semanas realizaron vecinos de Arroyo hasta Sevilla para ver el Circo del Sol. En el vehículo viajaba la mujer fallecida. «Además, se están realizando nuevas pruebas y estudios de contacto a personas que hayan tenido contacto directo con estos casos».

Extrema vigilancia

Asimismo, la residencia de mayores está en situación de extrema vigilancia. Para ello han solicitado más recursos humanos y materiales, que se les han concedido. Como medida de urgencia, Arroyo de la Luz ha cerrado la guardería municipal, el pabellón polideportivo y la Casa del Agua. Se han suspendido todas las actividades formativas, culturales, de idiomas y de ocio de la Universidad Popular. Igualmente, se ha procedido a la limpieza y desinfección integral de todos los centros e instalaciones públicas municipales.

La biblioteca, el centro de día, el mercadillo, el teatro, los salones del hogar de mayores. Todo ha cerrado en Arroyo. En el Instituto Luis de Morales, con 370 alumnos, 50 profesores y 11 trabajadores, se vivía ayer la lógica histeria. Los niños no agarraban las sillas con las manos, sino que las arrastraban con el pie. «No queremos contagiar a nuestros abuelos», aseguraban; toda una lección: chavales responsables, concienciados con una situación que ha paralizado este pueblo al que el coranavirus ha clavado de pleno.

«Arroyo es un sitio de especial riesgo. Tendrían que haberlo cerrado porque la gente está alarmada», aseguraban desde el municipio. Por su parte, el alcalde, Carlos Caro, prudente, tuvo ayer un día larguísimo de reuniones y llamaba a la calma. Los alumnos hubieran entrado en rebeldía y no hubieran asistido a clase aunque la Junta no hubiera decretado el cierre de centros. Entretanto, en Malpartida ya miran de reojo a sus paisanos arroyanos. Solo les separan 16 kilómetros.